Todos sonrieron en el gran país del norte cuando el 6 de agosto de 1945 el bombadero norteamericano ENOLA GAY arrojó una bomba atómica sobre la ciudad japonesa de HIROSHIMA. Volvieron a sonreír 3 días después, el 9 de agosto, cuando otro bombadero arrojo otra bomba atómica sobre la ciudad de NAGASAKI. En pocos segundos, ambas ciudades quedaron devastadas.
Siguen sonriendo. Ayer amartizó en el cráter Gale, tras nueve meses de travesía espacial, el vehículo robótico no tripulado Mars Science Laboratory (MSL), conocido como Curiosity.
Círculos concéntricos.
Espacios yermos, sin vida.
Extraño animal el hombre del imperio, un día mata miles de iguales en un segundo, bomba mediante... y otro día busca descubrir si el ambiente marciano pudo haber sido favorable al desarrollo de vida microbiana y recaba datos para preparar una futura misión tripulada al cuarto planeta.
Patética paradoja: los imperiales matan vida en Japón, Corea, Vietnam, Irak, Afganistán, gastando millones de dólares en bombas... y buscan vida en otro planeta, gastando millones de dólares en la investigación. Tantos millones de dólares mal usados, mientras 1.000 millones de humanos se mueren de hambre acá.
Círculos concéntricos.
Como si nos estuvieran enviando un mensaje encriptado, los marcianos nos hablan de la Tierra, nuestro planeta, y de los hombres, nuestros verdugos. Las imágenes enviadas desde Marte por el Curiosity, el robot yanqui que intenta tapar con sus proezas la historia negra de la humanidad ─en la que ellos son victimarios consuetudinarios─, se parecen demasiado a las que originaron las bombas atómicas de la Masacre de HIROSHIMA y el Genocidio de NAGASAKI
Círculos concéntricos.
La historia, el dolor, la muerte, la soberbia norteamericana no se tapan con un robot y unas fotos de Marte. Los estadounidenses se propagan cual ondas en el agua en espacios yermos, sin vida.
Daniel Mancuso
3 comentarios:
Muy bueno Daniel en el señalamiento de las contradicciones. Sin embargo no coincido del todo en la conclusión. Es absolutamente cierto lo que señalás, la enorme capacidad del imperialismo para provocar la muerte de otros y salvaguardar la propia, justamente hace muy poco -este mes- me ocupé del tema extensamente. Pero ni los yanquis, ni la ex URSS, ni China, ni ningún régimen real está exento de contradicciones, como tampoco lo está ningún proyecto político. No creo que corresponda una condena global y total de la investigación científica ni, incluso, de la investigación espacial. Creo que de transformarse esa condena en un hecho lejos de progresar, retrocederíamos. Sí creo que es necesaria la crítica y que resolver los problemas concretos de la Tierra y sus habitantes no está reñido con el desarrollo del conocimiento sino todo lo contrario. Quizás es un tema de establecer democráticamente prioridades. No hay que olvidar que si bien el gobierno de los EEUU se aprovecha de los éxitos, también éstos son el resultado del trabajo de miles de técnicos, operarios, ingenieros y científicos y de todo un sistema de investigación y desarrollo que también trabaja para otros objetivos mucho menos cuestionados y cuestionables.
Si Profe, es verdad lo que usted analiza, pero también es verdad que los grandes avances se hicieron al calor de guerras, muertes y conquistas... ¿avances o retrocesos? ¿Ser o no ser, Hamlet?
La guerra, la competencia industrial-comercial y por el predominio de los países ha sido y continuará siendo el principal motor de las innovaciones. Me cuento entre los que piensan que ni las ciencias ni las tecnologías son neutras, que hay tecnologías pensadas para la destrucción y no para la mejora y la liberación y que contra ellas hay que luchar, pero aún en éstos casos se suceden subproductos o consecuencias que son deseables y que van en el segundo sentido. Un abrazo, siempre es bueno el estímulo para el intercambio.
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