"Nuestro peor momento llegó con los Kirchner"
Ese viejito que acaba de morirse tuvo en un puño la vida de todos los argentinos cuando su sonrisa cínica llenaba de miedo a sus víctimas, tranquilazaba a los pusilánimes y dejaba al rebaño a merced de los predadores corporativos.
Armó un triunvirato mal bicho y se autoproclamó presidente de facto derecho y humano.
Dejó los números y los negocios a cargo de José Alfredo Martinez de Hoz que sabía lo que hacía, y se dedicó al trabajo sucio para el que se había capacitado: ser un terrorista hecho y derecho, santificado por los obispos, con todo el poder del Estado para su cruzada devastadora: limpiar de subversivos la patria colonizada.
Ese viejito podría ser mi viejo, tu abuelo, un simple jubilado... pero fue un feroz dictador como nunca antes pisó nuestra patria... que murió en la cárcel gracias a este Proyecto nacional iniciado en 2003.
Amo y señor de la muerte en las oscuras jornadas que enchastraron de espanto el tiempo y el espacio argentinos entre 1976 y 1983, se murió llevándose miles de secretos y ningún arrepentimiento.
Pudo mandar mentir robar secuestrar torturar desaparecer violar asesinar y festejar el Mundial 78. Pudo tomar la hostia y rezar católicamente, pudo viajar a Washington o Nueva York y ser recibido por el presidente Jimmy Carter.
Muchas veces nos preguntamos por qué se mueren tan pronto los buenos, mientras vemos envejecer a terribles hijos de puta. No sabemos si dios existe, pero de ser cierto, quizás, sea un tormento para ciertos personajes nefastos el dejarlos vivir, para que sufran el desprecio popular. Una reafirmación de que "el inferno está aquí", y después no hay realmente nada. O la paz póstuma sea esa nada. Y que el diablo, como el Papa, es argentino.
Jorge Rafael Videla, exgeneral argentino devenido en asesino dictador cuando comandó el golpe de estado y la posterior dictadura denominada Proceso de Reorganización Nacional, aseguró en una entrevista que altos cargos de la Iglesia católica estaban al tanto de las desapariciones durante el violento régimen genocida (1976-1983) y hasta se ofrecieron a informar a los familiares de las víctimas sobre los asesinatos...
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«Es como dijo Ortega y Gasset. Mis circunstancias me llevaron a esto... Jamás me imaginé conduciendo una guerra de este tipo. Nosotros como militares estamos preparados para matar y para morir en la guerra, pero no en una guerra así...», confiesa un tierno Videla
- - No deja de llamar la atención la forma en que se refiere a la situación de los desaparecidos. Francamente hace sentir que para usted es un tema pendiente.
- - La desaparición de personas fue una cosa lamentable en esta guerra. Hasta el día de hoy la seguimos discutiendo. En mi vida lo he hablado con muchas personas. Con Primatesta muchas veces. Con la Conferencia Episcopal Argentina, no a pleno, sino con algunos obispos. Con ellos hemos tenido muchas charlas. Con el nuncio apostólico Pío Langhi. Se lo planteó como una situación muy dolorosa y nos asesoraron sobre la forma de manejarla. En algunos casos, la Iglesia ofreció sus buenos oficios, y frente a familiares que se tenía la certeza de que no harían un uso político de la información, se les dijo que no busquen más a su hijo porque estaba muerto.
- - No parece suficiente...
- - Es que la repregunta es un derecho que todas las familias tienen. Eso lo comprendió bien la Iglesia, y también asumió los riesgos. Créame, sigue siendo algo doloroso para mí. Y lo seguirá siendo. Creo que solamente el tiempo podrá hacer comprender esa situación, que no la quiero justificar. Esto era una guerra, y era una de las derivaciones probables.
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La entrevista fue realizada por la revista El Sur, de la ciudad de Río Cuarto, en el invierno de 2010, cuando estaba alojado en la prisión de Bouwer para asistir a las audiencias del histórico juicio por las 31 víctimas de la UP1, por el que fue condenado a cadena perpetua. Videla había pedido que todo lo que había afirmado, dicho o considerado, sólo podría ser publicado después de su muerte.
Pero como luego, el propio Videla dio una entrevista al español Ricardo Angoso, para la revista Cambio 16 en febrero de 2012; y luego concedió largas charlas a Ceferino Reato, quien condensó esos registros en su libro "Disposición Final"; entonces, se decidió publicar la entrevista.
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El exdictador Videla afirmó que la "desaparición de personas fue una cosa lamentable" y citó aquella reunión secreta con Luder y su gabinete, los cuatro planes de acción represiva, de menor a mayor, y los mentados "decretos de aniquilación", los cuales no eran otra cosa que "una licencia para matar, concedida por un gobierno democrático" que de las cuatro alternativas "eligió la más categórica".
- - Entonces el plan no era propio...
- - Nosotros fuimos el último país en entrar en combate con las Fuerzas Armadas contra el terrorismo, y tuvimos la suerte de que fue un gobierno constitucional el que tomó la decisión, cosa que no pasó en otros países del continente.
- - Esa "licencia para matar" que dice que les concedió Luder, ¿también incluía las torturas, robos de bebés, saqueos, entre otras cosas?
- - Cuando se da tanto poder y libertad de acción a una fuerza como el Ejército, es inevitable que muchos utilicen estas libertades en beneficio propio. Tipos que podrían aprovechar para cobrarse cuentas pendientes. Da lugar para múltiples bajezas humanas. Además la lucha se organizó imitando la organización celular del enemigo, con lo cual no era fácil controlar todas las acciones, ya que se armó una estructura difícil de penetrar.
- - ¿Qué pasó después de que se firmara la decisión de aniquilar a la subversión con los mentados "decretos de aniquilamiento" del 5 de octubre de 1975?
- - Directamente al día siguiente de la firma del decreto se convocó a los gobernadores de provincias para que empezáramos a operar. Se pusieron a disposición del Ejército todas las fuerzas de seguridad provinciales, como la Policía y los servicios penitenciarios, además de la Gendarmería.
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Es raro que no se escuchen voces de la Iglesia argentina explicando todo este entuerto. Durante años supimos de la complicidad institucional de la cúpula eclesiástica argentina con la dictadura genocida, pero la confesión del principal protagonista de la masacre más reciente de nuestra historia deja al descubierto la trama de horror con olor a incienzo que estaba escondida bajo las sotanas.
Videla dijo que era un asunto del que había hablado "con muchas personas", entre ellas, el entonces nuncio apostólico en Argentina, Pío Laghi ─fallecido en 2009─, quien fuera cardenal primado del país, Raúl Primatesta ─fallecido en 2006─, y otros obispos de la Conferencia Episcopal local.
La muerte los salvó de tener que dar explicaciones, ahí Dios, si existe, tuvo un comportamiento corporativo muy deplorable.
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Carta a la familia Videla:
(extraído de Taringa)
Ahí está el cuerpo. Sin habeas corpus, ahí tienen el cuerpo. Unos papeles y es suyo, llévense el envase de su pariente. Cuentan ustedes con un cuerpo. Que les conste que lo reciben sin quemaduras ni moretones. Podríamos haberlo golpeado al menos, que ya hubiera estado pago. Pero nosotros preferimos no hacerlo, eso que sí hizo este cuerpo que ustedes van a enterrar. No lo tiramos desde un avión, no lo animamos a cantar con descargas de picana. Que cante, por ejemplo, adónde están nuestros cuerpos, los de nuestros compañeros. No fue violado. No tuvo un hijo acostado en el pecho mientras le daban máquina. No lo fusilamos para decir que murió en un enfrentamiento. No lo mezclamos con cemento. No lo enterramos en cualquier parte como NN. No le robamos a sus nietos. Acá tienen el cuerpo.
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LA OTRA HISTORIA (parte 1)
LA OTRA HISTORIA (parte 2)
CARROÑA CÍVICO MILITAR
LOS HERMANOS IACCARINO
(extraído de Taringa)
Ahí está el cuerpo. Sin habeas corpus, ahí tienen el cuerpo. Unos papeles y es suyo, llévense el envase de su pariente. Cuentan ustedes con un cuerpo. Que les conste que lo reciben sin quemaduras ni moretones. Podríamos haberlo golpeado al menos, que ya hubiera estado pago. Pero nosotros preferimos no hacerlo, eso que sí hizo este cuerpo que ustedes van a enterrar. No lo tiramos desde un avión, no lo animamos a cantar con descargas de picana. Que cante, por ejemplo, adónde están nuestros cuerpos, los de nuestros compañeros. No fue violado. No tuvo un hijo acostado en el pecho mientras le daban máquina. No lo fusilamos para decir que murió en un enfrentamiento. No lo mezclamos con cemento. No lo enterramos en cualquier parte como NN. No le robamos a sus nietos. Acá tienen el cuerpo.
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1 comentario:
OBITUARIO CON HURRAS
Vamos a festejarlo
vengan todos
los inocentes
los damnificados
los que gritan de noche
los que sueñan de dia
los que sufren el cuerpo
los que alojan fantasmas
los que pisan descalzos
los que blasfeman y arden
los pobres congelados
los que quieren a alguien
los que nunca se olvidan
vamos a festejarlo
vengan todos
el crápula se ha muerto
se acabó el alma negra
el ládron
el cochino
se acabó para siempre
hurra
que vengan todos
vamos a festejarlo
a no decir
la muerte
siempre lo borra todo
todo lo purifica
cualquier día
la muerte
no borra nada
quedan
siempre las cicatrices
hurra
murió el cretino
vamos a festejarlo
a no llorar de vicio
que lloren sus iguales
y se traguen sus lágrimas
se acabó el monstruo prócer
se acabó para siempre
vamos a festejarlo
a no ponermos tibios
a no creer que éste
es un muerto cualquiera
vamos a festejarlo
a no volvernos flojos
a no olvidar que éste
es un muerto de mierda
Mario Benedetti
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