¿COMPASIÓN O NO COMPASIÓN?

¿Podríamos solucionar los graves problemas que nos acechan con una lágrima de cada uno de nosotros?

40 millones de lágrimas, cada tanto, no más, para incitar a trocar el dolor en pequeñas felicidades. ¡Qué utopía, carajo!

En los idiomas derivados del latín, la palabra "compasión" significa: no podemos mirar impertérritos el sufrimiento del otro; o: participamos de los sentimientos de aquel que sufre.

Milan Kundera, opina que este es el motivo por el cual la palabra "compasión" o "piedad" produce desconfianza; parece que se refiere a un sentimiento malo, secundario, que no tiene mucho en común con el amor. Querer a alguien por compasión significa no quererlo de verdad.

Condolencias. Doler con. Pésame, expresión con que se hace saber a otro que se comparte su dolor ante la muerte de un ser querido. O participación en el pesar ajeno.

«Nos unimos en su dolor y su tristeza».

«Lo siento muchísimo. Fue una gran persona que nos hará falta siempre».

«La grande perdida que ha golpeado a su familia, tambien ha causado mucho dolor para todos nosotros. Expresamos nuestras más sinceras condolencias».

«Estamos profundamente entristecidos, nos unimos con amor y lamentamos mucho su dolor».

Pensamos. Sentimos. Reflexionamos. Opinamos...

Nadie quiere que la gente sufra, ni que los médicos y enfermeras tengan laburo, y es más, sería deseable que los servicios funerarios se fundieran por falta de clientes, pero, frente a lo inevitable del ciclo vital, y embuídos en la perversa trama social que aún subsiste entre nosotros, debemos discriminar para evitar un gasto innecesario de energía emotiva.

Nosotros nos emocionamos y condolemos por nuestros iguales, esto es, quienes sufren y fatigan a la par, codo a codo, y en la calle somos muchos más que dos. Nos movilizamos íntegramente por los pibes y pibas que no tienen escuelas. Trabajamos para que pueden leer y escribir y defiendan ellos mismos sus derechos. Que tengan, agua para poder lavarse las manos en una canilla. Que puedan calzar sus piecitos por primera vez, luego de generaciones pateando la tierra seca. Que prueben el mágico placer de cagar en un inodoro. Bregamos para que algún día conozcan la luz eléctrica, los autos, las computadoras. Y que los que están cerca de las grandes ciudades no revuelvan más la basura de los ricos.

Son tantas las muertes anónimas, silenciosas, que estamos curtidos como para sorprendernos por una loca desquiciada que deja leyendas en las paredes satinadas, o un Rambo nativo de pequeña estatura jugando al justiciero, o un semidios perturbado en su 4 x 4 con o sin blindaje. No nos pidan que derramemos lágrimas por los que de una u otra manera, a veces sin darse cuenta, otras a propósito, cierran la llave de paso para que no corra el agua, la luz y la vida por los caños de la democracia chueca que estamos tratando de enderezar.

Daniel
Mancuso