DEMOLIENDO MITOS DISCRIMINADORES

«Sólo dañamos a los demás cuando somos incapaces de imaginarlos", leí en algún libro, no sé si de Todorov o de Carlos Fuentes. La frase se refería a gestas lejanas, como fueron la Conquista española de América o las guerras coloniales europeas del siglo XIX, cuando las crueldades de aquéllas, sufridas por pueblos "inferiores", se revestían con un nimbo de altruismo y heroicidad: misión evangelizadora o aportación de las luces de la civilización a su barbarie y atraso».

Juan Goytisolo.

Quienes amamos la paz, repudiamos la guerra. Bregamos por la convivencia pacífica entre los pueblos. Nos oponemos a todo tipo de discriminación, y de violencia de los estados, ejércitos o civiles sobre otros civiles o pueblos indefensos. Lo mismo da que sea el apartheid en sudáfrica, el Ku Klux Klan en Estados Unidos, o las bombas sobre Gaza.

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Leemos con suma atención: «El presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), Aldo Donzis, calificó de "preocupantes" los resultados de la encuesta encargada por esa entidad cuyos resultados dan cuenta de una fuerte estigmatización de los judíos», en una nota publicada en La Nación.

• Coincidimos con el señor Donzis, también en Israel es muy fuerte la segregación social entre árabes e israelitas. En el programa Clase Turista: Jerusalen, la ciudad santa que se emite por Telefe, pudimos ver la semana pasada, cómo se desarrolla la vida cotidiana en Jerusalen, y la enorme cantidad de contradicciones que se sucitan en ella.

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Continúa el señor Donzis en la nota: «Este estudio llevó muchos meses. Los números son muy fuertes. La sociedad argentina tiene conductas discriminadoras. Es enorme la cantidad de grupos que sufren discriminación en Argentina. Según este estudio, el 30 % de los consultados preferiría no vivir al lado de un vecino judío. Hoy la comunidad judía está totalmente abierta a la sociedad, pero la gente tiene otra percepción».

• Coincidimos con el señor Donzis, también podríamos afirmar que el 100 % de ese 30 % de los consultados (y también más de un judío) preferiría no vivir al lado de un vecino cartonero, negro, pobre, homosexual, lesbiana, peronista, piquetero, sindicalista, gitano, murguero, paseador de perros, o travesti.
  

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Insiste el señor Donzis en la nota: «Según la encuesta, cuyos resultados se conocieron hoy, a los judíos se los valora en cuanto a su dedicación al trabajo, instrucción e inteligencia, pero se considera difícil establecer vínculos sólidos con ellos por ser "cerrados" y "poco solidarios".

»Se les endilga un espíritu individualista, cuyo interés principal es hacer buenos negocios y ganar dinero. Además, para la mayoría no es la sociedad la que los margina, sino que son ellos los que se autoexcluyen. En definitiva, un escenario con imágenes estigmatizadoras del judío que, potencialmente, habilita el camino hacia el prejuicio y la discriminación».

• Coincidimos, otra vez, con el señor Donzis, también podríamos afirmar que a los árabes, y palestinos fundamentalmente, se les endilga un espíritu violento, cuyo interés principal es hacer maldades, poner bombas y atacar a los buenos judíos. Además, para la mayoría no es la sociedad la que los margina, sino que son ellos los que se autoexcluyen. En definitiva, un escenario con imágenes estigmatizadoras del árabe (y el palestino, fundamentalmente) que, potencialmente, habilita el camino hacia el prejuicio y la discriminación.

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Evidentemente, estamos de acuerdo en todo. La discriminación y los prejuicios sobre otros seres humanos por su condición sexual, étnica, religiosa o política, son prácticas aberrantes y repudiables, sin dudas.

Yo que soy italiano, me he preguntado muchas veces ¿por qué hay tantos tantos tantos tanos tan hijos de puta?, tomemos una letra, la B por ejemplo: Bignone, Barbuzzi, Benazzi, Bertolotti, Betti, Bezzola, Biondi, Boccacio, Bondoni... sin embargo, amo Italia y su gente, a pesar de Berlusconi.

Lo mismo sucede con , ya que a pesar de personajes execrables como el canciller Avigdor Lieberman, o los lamentables y repetidos Bombardeos sobre Gaza, el pueblo judío es digno de respeto y admiración.


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Asi que, no se enojen los fanáticos fundamentalistas sionistas porque no les demos la exclusividad o el protagonismo que pretenden entre las víctimas por discriminación del planeta y de la historia humana (más bien, son victimarios). Y los que simplemente repiten frases hechas, que pretenden establecerse como verdades irrebatibles, abran las orejas y dejen de macanear.

Daniel Mancuso