Irritados.
Exasperadas.
Hace rato que escuchamos por los medios masivos de confusión que en la Argentina las cosas están complicadas.
El dolor se refleja en la contracción de sus rostros.
Falta alegría, sobra disgusto.
La ola de malas noticias podría ser mortal si fuera verdadera, pero es una gran ficción que flota alrededor de los opostunistas, los mediocres, los medrosos y mercenarios de la opinión pública. Viven en un microclima épico enfrentados a la intolerancia populista, en busca de la República Perdida. Enuncian pamplinas de un libreto mal escrito, son más de 6 personajes que tienen autor: un CEO dramaturgo con oscuras intenciones.
Los canallas de poca monta gimen en concierto. Plañideros de tiempo completo, viven del trueque: cambian denuestos varios por minutos de televisión en horario central.
Tienen un discurso unificado, monocorde. "Violencia" y "crispación", dicen sobreactuando una desazón berreta. Las voces opositoras no se cansan de repetir sus angustias al aire radial o televisivo del multimedios Clarín y aledaños.
Se turnan para salir a escena, se chocan en los camarines, intercambian las líneas que les tocan, practican durante el maquillaje. Esperan insatisfechos alguna señal del director, pero nada. Entonces siguen, se esmeran, se dan rosca, exageran, se van al carajo...
¿De qué se trata tanto odio? ¿Por qué el furor, el desmedido ensañamiento de quienes critican al gobierno nacional acusándolo injustamente, cuando son ellos quienes ofenden, agreden, vituperan y satanizan?
Cada exabrupto verbal explícito es causado por la impotencia que sienten. Al no encontrar argumentos políticos, pierden el equilibrio y derrapan hacia los márgenes del mal gusto; incluso, algunos se sumergen gustosos en él.
Estamos en medio de una descarnada batalla cultural. Muchos no se dieron cuenta. Algunos no lo saben, otros lo ignoran, pero lo cierto es que la confrontación más importante se da en el terreno de las ideas, del sentido.
Por eso Mauricio Macri no quiere debatir con Daniel Filmus fuera de TN.
Por eso Francisco De Narváez dijo: "Néstor Kirchner eligió morirse antes de perder otra elección"...
Sobran los ejemplos cotidianos. Uno para todos y todos para uno, y en el mismo lodo, todos manoseaos. Son parte de la misma marcha fúnebre.
1
Elisa Carrió nunca escatimó recursos ni saliva para insultar y mentir sobre el gobierno nacional...
2
Jorge Coscia puso las cosas en su lugar...
Daniel Mancuso
2 comentarios:
Es para el record Guiness, yo creo. El anuncio de Cristina les gatilló la máquina de decir boludeces y no pueden parar. "Odio a los porteños", "Kirchner eligió morirse", etc. Estos opositores nunca fueron muy despabilados pero están superándose a sí mismos. Yo creo que -pese a que era absurdo creerlo- estos tipos se habían autoconvencido de que Cristina iba a aflojar.
Eddie
muy bueno, y el título describe perfectamente el momento. saludos
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