ARMONÍA Y CONFLICTO

Miguel Ramirez murió porque un estúpido disparó una bengala en el recital de La Renga (otro Cromagnon en cuotas que viene pasando inadvertido ante los ojos de todos).

Tan estúpido como yo, que iba más rápido de lo necesario y casi piso a una señora que no vi cuando doblaba, en esa calle de mi barrio. Tan estúpido como ese conductor de colectivos que no respeta la luz roja del semáforo y acelera y frena como si nunca hubiera aprendido a manejar con personas a cargo. Tan estúpido como cualquiera de nosotros. Tan insensibles, tan insolidarios.


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¿A quién vamos a echarle la culpa cuando las cosas sucedan porque no nos importa el otro, cuando alguien muere y otros sufren a causa de una estupidez?

¿Qué importa Macri, Alfonsín, Magnetto, El Príncipe William y Catherine, Obama, o Bergoglio?

¿Qué importa la política, la economía, la guerra de las vedetes, o el partido de Boca?

El resabio amargo no cesa por el incremento en las ventas de los comercios minoristas, la cantidad enorme de turistas en semana santa, o los aumentos de salarios. Hay un lugar oscuro en cada uno que debemos iluminar con un poco de amor al próximo, de reflexión solidaria y conciente, para construír una sociedad justa, libre y segura.

¿No te da miedo ir a la cancha, o a un recital, a veces? A mí, sí. Le tengo miedo a una persona como yo, como vos, que hace cosas sin pensar en mí, en vos, en él.

Le tengo miedo a una persona como yo que no tiene en cuenta mi vida a la hora de subirse a su auto de alta gama y hablar por smart phone detrás de los vidrios polarizados. Le tengo miedo a una persona como yo que tira cohetes poderosísimos en la vereda, el día de Navidad o Año Nuevo o el cumpleaños del nene. O tiros al aire, porque todo lo que sube baja, y puede meterse en una cabeza inocente. O pistolas y revólveres justicieros que terminan matando a cualquiera.

Le tengo miedo a la estupidez, que no tiene límites si no se los ponemos. Yo a mi estupdez trato de controlarla, lo juro.


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Hoy Cristina, otra vez, demostró que es una gran Presidenta, una enorme estadista, una mujer increíble. Con un poco de sentido común, y una cantidad importante de sabiduría habló de estas cosas, apelando a la sensibilidad de todos y todas...

Por eso digo que el poder encontrar la armonía que en definitiva es eso lo que se busca, es un viejo objetivo del hombre desde los principios de la humanidad, la armonía, que es algo más que llevarse bien, que es algo más que silencio.

Algunos creen que armonía es que no haya discusiones o que no haya debates, que nadie pueda expresarse y que todos estén tranquilos y que nadie diga nada. Si es por eso, hubo períodos muy armónicos pero muy terribles en la República Argentina.

Yo creo en la armonía de otro tipo; creo en la armonía en que podamos conciliar racional y sensatamente los intereses y apelo en este sentido una vez más a todos. Porque también tengo que decir que muchas veces hay grados de conflictividad que nos hacen perder beneficios importantes en el sector petrolero, precisamente, donde hemos perdido un 1.4 con respecto a conflictos que se dieron en el Sur.

Yo la verdad que preferiría que en lugar de apoyarme tanto pidiéndome para que sea Presidenta de los argentinos, me apoyen de una manera más contundente tratando de que las cosas puedan solucionarse sin necesidad de presiones o de hechos que realmente crean demasiada conflictividad que no le hacen bien a los argentinos y tampoco le hacen bien a los protagonistas de la actividad económica, los empresarios y los trabajadores.

Por lo tanto, a los empresarios les pido que sigan invirtiendo, que sigan apostando por el país, que vamos a seguir sosteniendo las variables macroeconómicas, que vamos a seguir sosteniendo la demanda agregada que tanto ha impactado, el 50 por ciento es mercado interno, consumo interno sostenido por el Estado, por las convenciones colectivas de trabajo.

Hay trabajadores que también pueden seguir con sus demandas adelante para mejorar el poder adquisitivo de sus salarios, pero yo creo que tenemos que encontrar entre todos métodos más racionales para encausar esos conflictos y esas cuestiones que tampoco deben dramatizarse, pero tampoco deben someter de rehén al resto de la sociedad. Porque yo observo por allí y veo situaciones en las cuales quienes ya tienen la suerte de tener un trabajo estable, registrado, con muy buenos ingresos y muy buenos salarios, de repente amenazan al resto de la sociedad de que si no se hace tal cosa, pasa tal otra.

Y esto pasó también, porque sería injusta que no lo mencionara, se hace mucho hincapié y esto es para todos también, se hace mucho hincapié en estas cosas que no deben hacerse pero que también existieron en otro momento del país. Durante el año 2008 también amenazaron, paralizaron el país; lo que pasa es que, bueno, a algunos medios no les parecía tan mal porque era contra esta Presidenta.

Pero yo creo sinceramente, que no se pueden permitir el lujo los argentinos en general, de tirar por la borda tanto esfuerzo, tanto sacrificio y tanto cambio de paradigma que hemos logrado...

(Palabras de la Presidenta de la Nación
Cristina Fernández
en el acto de anuncio de hallazgo de petróleo en Loma de la Lata
e inauguraciòn de viviendas en el municipio de Pilar,
mediante videoconferencia,
en el salón de las Mujeres Argentinas del Bicentenario)

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Es más facil echarle la culpa al gobierno, a los encargados de la seguridad y los cacheos, a Chabán y Callejeros, a Bin Laden, a Kadafi, a los palestinos, a Chávez... a otro que no sea yo (que me porto bien y soy una víctima), a los inadaptados...

¿Estás seguro que vos no sos un inadaptado, en alguna parte del día, alguna vez, cada tanto?

Daniel Mancuso