Con la aparición y desarrollo de internet, algunos creen que se ha llegado a la democratización total de la información; otros piensan que no es así, dado que existe un ferreo control desde las compañías multinacionales y gobiernos.
Cualquier bloguero sabe que no puede subir todo lo que quiere a You Tube por ejemplo, y más de una vez nos han "desaparecido" lo que subimos a la web.
¿Entonces tenemos una especie de democracia tutelada a nivel global, en lo que a internet se refiere?
Además, dicen los que saben que internet no tiene límites. Cuando una foto, un texto, un video entran a la web, ya no podrán salir nunca más, ¿o sí? Todo es según el color con que se mire (y cuán poderoso sea el propietario de la información en cuestión).
sabemos que los datos puestos online pueden llegar a cualquier persona en el mundo y reproducirse casi sin límites. Es que cuando se hace clic sobre el botón “enviar” –en una red social, un foro, un blog– se pierde todo control sobre los datos, y luego hacerlos desaparecer será muy difícil, sino imposible. Por eso, tarde o temprano, antes o después de toda consideración teórica o filosófica sobre el asunto, los entendidos en el tema machacan con el consejo: no hay que subir información personal a Internet sin haberlo pensado muy bien.
Hacer desaparecer la data de Internet es una tarea difícil para un simple mortal, y pocos saben cómo hacerlo. Hay, como en todo nicho de mercado, algunas empresas que desde diferentes lugares del mundo están dedicadas especialmente a borrar de la Web datos de sus clientes (algunas con nombres tan explícitos como http://www.salirdeinternet.com/).
¿Te eimaginarás quiénes van a requerir el servicio?
Hay también gran cantidad de consultas que reciben los estudios de abogados especializados de usuarios abrumados por información online que, dicen, los perjudica. Y existen iniciativas como la de un grupo de programadores de la Universidad del Sarre, en Alemania, que trabajan en un software para que los contenidos subidos a Internet tengan una “fecha de vencimiento”.
¿Se viene la privatización de la info?
Pero la Web no sólo tiene una formidable capacidad para reproducir y expandir información, también puede conservarla por mucho tiempo, causando problemas a ciertos pelafustanes y dando lugar a la aparición de nuevos derechos, impensables antes de laa masividad de Internet.
Tomemos un ejemplo: Cualquier conocido y muy serio político profesional que se candidatea a un cargo electivo hoy, pudo haber sido 20 años atrás un cómplice de maniobras fraudulentas y haber perjudicado al país con sus decisiones, sus alianzas, sus silencios.
¿Tiene derecho ese candidato profesional a reclamar que, una década o dos después, desaparezcan de Internet las imágenes, noticias y testimonios de sus trapisondas, sus chanchuyos y negociados porque unos blogueros fundamentalistas lo escrachan en la web?
Algunos creen que sí lo tiene.
El “derecho al olvido” en Internet comienza a ser demandado por algunos usuarios con cosas que ocultar. Este derecho, que otorgaría a los ciudadanos escondedores la potestad de reclamar la desaparición en la Web de datos antiguos cuya difusión ya no sea relevante para la comunidad, está incluido en una serie de nuevas normas que prepara la Unión Europea para este año. ¿Y quién decidirá qué es relevante para la comunidad y qué no?
¿Ya no sabrímos más nada sobre las chicas de Berlusconi, los trabajadores esclavos de la esposa de Macri, las complicidades de Magnetto con la dictadura, los negocios de Carrió con la derecha norteamericana?
Esto recién empieza...
Daniel Mancuso
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