¡Muchas manos en un plato hacen mucho garabato!
Se los digo en ingles a los que tienen los ojos y el corazón colonizados:
Too many cooks spoil the broth!
Demasiados signos de una crispación opositora que inunda las pantallas y los micrófonos...
¿Qué significa que el jefe de gobierno Mauricio Macri acusado de tanta escandalosa impunidad se cague en la justicia, le falte el respeto a 4 jueces y diga: YO ME ACUSO, YO ME JUZGO, YO ME ABSUELVO?
¿Qué significa que el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Biolcati, nos sermonee con sus valores 100 años atrasados, reivindique la historia oligárquica y afirme: YO SOY LA PATRIA.
¿Qué significa que Cecilia Pando y algunas mujeres casadas con militares presos y condenados en juicios por delitos de lesa humanidad, perpetrados durante la última dictadura en Argentina, se encadenaran frente a la sede del Estado Mayor del Ejército en Buenos Aires, para exigir explicaciones sobre los juicios a asesinos, torturadores y secuestradores genocidas?
¿Qué significa esta semana de almuerzos y cenas fotografiadas con la hegemonía del señor capo máximo del monopolio Clarín, Hector Magnetto, reunido con los menemistas federales y los empresarios llorosos de perder ganancias extraordinarias?
Significa que la derecha, las corporaciones, el monopolio, los gorilas, los ricos y privilegiados, los contreras, los golpistas y desestabilizadores, los especuladores y los vendepatria no quieren que se siga profundizando el proyecto de país iniciado en 2003 con Néstor Kirchner y continuado por Cristina Fernández.
Pero no son ellos los principales objetivos de la descalificación y el agravio permanente, sostenido, inescrupuloso. Es el ESTADO, que en forma soberana y en pos del interés general regula la vida nacional y media entre los distintos intereses, privilegiando a los más débiles por sobre los poderosos.
Hay que pegarle al Estado, desacreditarlo, volver al Estado débil y neoliberal de la década infame menemista.
No son democráticos, no son opositores políticos. Son golpistas camuflados de republicanos e institucionalistas que medran a costa de la infelicidad de los más pobres. Si pudieran golpear las puertas de los cuarteles lo harían, como lo hicieron siempre.
Los tiempos cambiaron, ahora baten cacerolas, cortan rutas, amenazan en los actos corporativos, desinforman y repiten malas noticias, mienten y confunden. Tergiversan y vuelcan veneno en las conciencias dormidas.
Ora hacen juicios a la Presidenta, ora mandan cartas a las embajadas extranjeras.
Son infames traidores a la Patria.
Daniel Mancuso
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