Los medios masivos de confusión están desplegando una guerra mediática sin precedentes. La construcción de un relato de la realidad inventado en las redacciones es una operación cotidiana que ha quedado al descubierto, en una multitud de acciones "periodísticas" más cerca del escándalo que de la verdad.
La investigación sobre la identidad biológica de los hijos adoptivos de Herrera de Noble (Marcela y Felipe que, se sospecha, son hijos de desaparecidos) estuvo hasta hace dos semanas en manos de Bergesio. Pero Casación lo separó por dilatar las medidas de prueba, con un análisis lapidario sobre la actuación del magistrado.
El juicio por la identidad de los hermanos Marcela y Felipe puede generar un jaque mate mortal al grupo Clarín y su dueña, la señora Ernestina Herrera viuda de Noble. La corporación periodística sale a defender a la apropiadora como puede, a veces cambiando una palabrita. Así pueden lograr muchas cosas: pueden confundir, mentir, tergiversar y volver a mentir. Una misma noticia según 3 medios: Perfil, La Nación y Clarín...
Dice Perfil:
La jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, resolvió ayer apartar de la causa Noble a dos de los abogados de la defensa, y los denunció penalmente por prevaricato, un delito que tiene penas de uno a seis años de inhabilitación y multas de 2.500 a 30 mil pesos. La medida afecta a Jorge Anzorreguy y Horacio Silva, dos de los 6 letrados que patrocinan a la familia de la dueña de Clarín, y fue una respuesta a algo que ya había marcado la Cámara de Casación. Es que ambos letrados defendían a la imputada, que es Ernestina Herrera de Noble, y al mismo tiempo a sus hijos, que en este caso serían las víctimas...
Fijate ahora, cómo el diario de Bartolomé Mitre confunde deliberadamente, y pone a la apropiadora (Ernestina) como familia biológica. Dice La Nación:
La jueza Sandra Arroyo Salgado, titular del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional Nº 1 de San Isidro, separó a dos abogados de la causa por los hijos de Ernestina Herrera de Noble, por considerar que actuaban conjuntamente en representación de los hermanos y de sus supuestas familias biológicas, informó el Centro de Información Judicial.
La decisión es la primera que toma la jueza en el presente expediente, luego de que le fuera otorgada la competencia por la Cámara de Casación Penal, que ya había advertido sobre la irregularidad de los abogados Jorge Eduardo Anzorreguy y Horacio Marcelo Silva, finalmente separados de la causa...
Clarín, que a esta altura de la noche (que se le viene) ha perdido mucha credibilidad (y han bajado sus ventas), se mantiene prudente con un título muy "políticamente correcto", pero que disfraza el escándalo de sus abogados que defienden a las víctimas y a la victimaria acusada. Dice el gran diario argentino:
La jueza Sandra Arroyo Salgado, a cargo del Juzgado Federal 1 de San Isidro, decidió separar a dos abogados en la causa por los hijos de Ernestina Herrera de Noble, por considerar que actuaban conjuntamente en representación de la señora de Noble y sus hijos Marcela y Felipe Noble Herrera.
La Cámara de Casación Penal ya había advertido sobre esta situación por parte de los abogados Jorge Eduardo Anzorreguy y Horacio Marcelo Silva.
Además, la jueza ordenó que se investigue a los profesionales por presunto prevaricato.
Evidentemente, la Ley de Medios de la democracia, la ley 26522, de Servicios de Comunicación Audiovisual, podría poner luz sobre esta situación. Sólo con nuevas voces, nuevos medios, nuevas radios y canales, la ciudadanía tendrá la posibilidad de escuchar y ser escuchada, opinar libremente y dejar de ser opinada. Los monopolios y las corporaciones hacen negocios con las noticias y no les importa mentir ni desinformar a cambio de asegurarse grandes ganancias. Es eso, sólo una cuestión de dinero.
Daniel Mancuso
1 comentario:
lo qur rescato de esto compañero es que, mintiendo o no, confundiendo o no, hoy se ven obligados a tratar el tema, que como tal, y debido al descrédito que están sufriendo los periodistas independientes no puede engatuzar a muchos...
Bienvenidos periodístas al mundo de la incredulidad, antes exclusivo a los políticos.
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