GOLPISTAS REPUBLICANOS

¿Cuáles son los ingredientes de la fórmula perversa para diseñar una realidad mendaz y sucia protagonizada por la oposición?

Confundir a la ciudadanía, desmoralizar a la actividad política y democrática de la sociedad, entorpecer la gestión de gobierno, y mentir descaradamente a través de medios monopólicos antinacionales tergiversando la interpretación de los hechos políticos para generar inestabilidad y miedo...

¿NO entendés qué pasó en el Senado? Te cuento: se juntaron todos los opositores al gobierno, armaron una masa infame de gatos, ratas, comadrejas y gusanos y se venden ante la sociedad como bloque homogeneo, con la complicidad de la mentira mediática de Clarín y sus lacayos.

Pero son distintos, piensan distinto, y quienes los votaron son gentes distintas. Es una falta de respeto a la representatividad que debe haber en la democracia. Una sucia trampa del número sobre la calidad de quienes se juntan circunstancialmente para trabar la gestión de gobierno...


El senador Miguel Pichetto afirmó que: “la oposición juntó a la izquierda y a la derecha para ganar la votación por el control de las comisiones del Senado “pero no lo lograron”.

"La realidad es que nos mintieron, le mintieron a los medios, les mintieron a todos. No tenían quórum y por eso no pueden controlar todas las comisiones para impedirnos gobernar la Argentina".

El bloque oficial abandonó el recinto y no dio quórum para que se vote la conformación de las comisiones del Senado.

"Nosotros tenemos 32 legisladores propios y tres aliados: somos la primera minoría. Las comisiones se deben votar en función de la representación y ellos juntaron a la izquierda y a la derecha para ganarnos y no pudieron".

"Lo que nosotros planteamos es que hay que cuidar las instituciones, por eso les dimos el quórum para que la senadora jure y no hicimos ninguna maniobra. Ellos ahora tienen que juntar el número, pero no vamos a dejar que nos pisen la cabeza, sobre todo de ellos que suelen pedir institucionalidad"...


SENADO NACIONAL. VERSIÓN TAQUIGRÁFICA 24/02/10


Sr. Presidente.
― Tiene la palabra el señor senador Morales.

Sr. Morales.
―(...) Se inicia un nuevo tiempo en el que ya no existe el poder absoluto. Esto es algo por lo que votó la gente; el pueblo argentino quiso terminar el 28 de junio con el poder absoluto. Y va a ser muy saludable para el país que no haya poderes absolutos; que no los tenga el oficialismo, el partido de gobierno y, tampoco, la oposición.

(...)

Por eso, señor presidente, hemos elaborado una propuesta que resume las expectativas de participación de 37 senadores ―que fue firmada por 36 legisladores y que dejamos en la Secretaría Parlamentaria―. Voy a señalar conceptualmente lo que plantea en cuanto a la composición del nuevo Senado.

(...)

Asimismo, nuestra propuesta es que las presidencias de las comisiones que detallaré a continuación sean ejercidas por senadores de las fuerzas políticas de los bloques no oficialistas. Se trata de las de Justicia y Asuntos Penales; de Legislación General; de Economía Nacional e Inversión; de Industria y Comercio; de Trabajo y Previsión Social; de Agricultura, Ganadería y Pesca; de Educación y Cultura; de Derechos y Garantías; de Minería, Energía y Combustibles; de Salud y Deporte; de Sistemas, Medios de Comunicación y Libertad de Expresión; de Coparticipación Federal de Impuestos, y de Ciencia y Tecnología.

Y con un criterio de integración de 15 miembros en cada comisión, la propuesta que se encuentra en Secretaría prevé también la participación del grupo de senadores que formulamos la propuesta, en un número de 8 en cada una de ellas. Por lo tanto, los senadores restantes para completar la integración de las comisiones deberán pertenecer al partido del gobierno, que de conformar la mayoría pasó a convertirse en primera minoría, de acuerdo con la nueva realidad política que surgió del resultado electoral del 28 de junio...


(...)


Sr. Presidente:
— Tiene la palabra el señor senador Martínez, por Tierra del Fuego.

Sr. Martínez (J.C.):
— Señor presidente: previamente, quiero dejar sentado un par de cuestiones. La primera es que el artículo 55 del Reglamento pauta claramente qué se considera un bloque: un bloque tiene que tener legitimidad electoral; debe ser constituido previo a las elecciones. Lo cierto es que quí hay muchos sectores que plantean y utilizan la cuestión como bloque y son escisiones pos electorales que han ido posicionándose dentro de este bloque que se autodenomina “oposición”...


(...)


Sr. Presidente.
— Tiene la palabra el senador Pichetto.

Sr. Pichetto.
— Señor presidente: en primer lugar, quiero reafirmar que nuestro bloque sostiene fuertemente la institucionalidad. Nos parecía muy importante estar hoy aquí, en este recinto, para que la senadora electa ejerza un derecho que le correspondía, que era asumir. No hemos hecho ningún tipo de especulación. Lo aclaro por algunos comentarios periodísticos que sostenían que no íbamos a dar quórum para impedirle a la senadora que jurara y, de esa manera, que no se pudiera integrar al recinto. Hemos venido porque entendíamos que teníamos que cumplir con el compromiso que establece el artículo 1° del Reglamento interno de la Cámara de Senadores, de elección de las autoridades de la Cámara.

Esto lo hemos cumplimentado en el día de la fecha, y lo hemos hecho con un criterio democrático, de unanimidad y de representación proporcional y equilibrada. Teniendo en cuenta ese criterio, la Presidencia Provisional le corresponde al bloque de la primera minoría, que les recuerdo que es el del Frente para la Victoria, que tiene treinta y dos senadores (32).

Me voy a referir a estos esquemas de interbloques o de alianzas que se dan en el marco del Senado, que algunos tienen legitimidad y otros carecen absolutamente de legitimidad reglamentaria, porque —como bien dijo el senador Martínez, representante de Tierra del Fuego— el proceso que los llevó como candidatos debió haber sido previo a la integración en esta Cámara de Senadores, y el número mínimo, como todos sabemos, debería ser de dos senadores.

Aquí coexisten de manera casi permitida muchos minibloques. Hemos tenido un espíritu amplio y democrático, pero la realidad es que no se ajustan al Reglamento y que, además, tampoco son tenidos en cuenta en el concepto de sector político que establece el artículo 91 de nuestro Reglamento interno. Me refiero al sector que va al proceso electoral con una identidad propia, con un proyecto político, el que lleva candidatos que luego asumen sus cargos como diputados o senadores representando a ese partido, con esa identidad, con esa lealtad y con esa solidaridad, que muchas veces en la historia de este Senado, y especialmente en la historia reciente, hemos visto vulnerada, lesionada, por la fuga, por el abandono.

No es la primera vez que digo que la democracia argentina necesita fortalecer un sistema de partidos políticos serios, entidades fuertes que subsistan, que generen alternativas y opciones de poder en la sociedad, que piensen en ser gobierno a través de construcciones y de propuestas, que hagan la tarea del control cuando están en la oposición pero que no tengan una mirada obstructiva, lesionante y, fundamentalmente, pensando que si le va mal al gobierno no le va a ir mal al país.

Me parece que esta es la sensación que uno tiene. Digo esto, señor presidente, y abro el beneficio de la duda, a pesar de haber escuchado las reflexiones del senador Verna. Me gustaría que en los hechos se pueda compartir esa idea del diálogo. Yo no la veo traducida en la propuesta que ha hecho el senador Morales, que la ha enunciado correcta y muy moderadamente al conjunto del Senado y de la sociedad, lo que demuestra que se pueden hacer las mayores arbitrariedades cuando se dicen de buena manera.

La verdad es que han hecho una propuesta arbitraria y abusiva que no comprende los derechos legítimos de la primera minoría parlamentaria y que, además, no se ajusta a la letra del Reglamento. A veces, somos tan institucionalistas, defendemos tanto a la República —lo escuché también al senador Morales hablando de la República—, pero cuando tenemos que cumplir con la letra de nuestro propio Reglamento, ahí le encontramos la gambeta y tratamos de lograr el objetivo: imponer una mayoría circunstancial —después me voy a referir a esta mayoría— en alianza de sectores que piensan distinto y que no han ido juntos en el proceso electoral.

Yo reflexiono, presidente, ¿cómo hacemos para compatibilizar los intereses, a lo mejor, del senador Verna y del senador Marino, en La Pampa? ¿O cómo hacemos para compatibilizar después, en el proceso político de discusión de las ideas, los intereses —y perdonen que haga mención de nombres— del senador Giustiniani, en Santa Fe, con los del senador Reutemann?

En algunos temas, indudablemente —le quiero decir esto también al senador Luis Juez—, compartimos el interés y la defensa de nuestras provincias. ¿Quién no lo va a hacer? ¿Quién no va a defender los intereses federales? ¿Quién no va a plantear la defensa de las economías regionales? Todos tenemos que volver a nuestras provincias. Todos vivimos en nuestra provincia, damos la cara a la gente y tenemos que ser legitimados, cada dos, cuatro o seis años, a través del mecanismo electoral de la ciudadanía de nuestras provincias.

Así que, muchas veces, estas buenas intenciones, estas intenciones del consenso, del diálogo y del falso republicanismo, lo que significan, fundamentalmente, es la derrota de los sectores populares mayoritarios en la Argentina. Esta construcción, este artilugio del consenso y del diálogo, significa desconocer la existencia de conflictos, la puja legítima de los sectores del trabajo, de los sectores laborales en la distribución de los ingresos; la discusión, fundamentalmente, con los sectores concentrados de la economía. Significa creer que la Argentina es un país ideal, en donde solamente el diálogo va a nutrir y a procesar las diferencias que, muchas veces, se tienen que resolver dentro del conflicto político, institucional y también a veces social, sin llegar a la violencia, porque nosotros somos hombres de paz, y nuestro partido, en muchas oportunidades, ha sido amortiguador de la violencia en la Argentina.

Quiero, sí, hacer una mención puntual a la propuesta. La verdad es que la propuesta es, además, injusta. Nos hubiera gustado votar hoy por unanimidad, como lo hicimos con las autoridades, porque me parece que la Cámara de Senadores, a lo largo de este tiempo, ha tenido un comportamiento democrático ejemplar, de respeto por el senador que habla. Nunca vino acá ninguna turbamulta a gritarnos. Esto lo hemos cuidado entre todos. Y me parece que también, cuando se sostienen los criterios de la democracia y de la República, hay que ejercerlos, hay que llevarlos a la práctica. Porque dicen que nosotros somos autoritarios, pero nos responden de la misma manera, con la misma medicina y aplican nuestras propias reglas, mientras dicen que somos autoritarios. En realidad, deberían demostrar que son democráticos, que tienen una mirada amplia, porque eso es lo que sostienen desde el discurso. Permanentemente, nos cargan de abuso del poder y de autoritarismo, pero cuando tienen la primera oportunidad, el primer planteo demuestran lo que efectivamente son y se quedan con todo...

Daniel Mancuso