Hoy tiene pulmones y corazón nuevos. Es la síntesis de la argentinidad, metáfora de los vientos de cambio que soplan nuestro devenir como Nación. Todos los medios, todos los minutos repiten esperanzadoras noticias de mejoría. Abunda su nombre en los noticieros y las portadas, quizá porque Sandro no ponga en peligro sus negocios, sus intereses, sus patrañas...
Cuando en 2003, empezamos a respirar y latir con aire y sangre populares, tuvimos las mismas expectativas. Hoy seguimos reponiéndonos, todavía en proceso de recuperación, pero muy mejorados a pesar de las crisis, los opositores, los errores, y las enfermedades nativas e importadas que se cuelan por ahí.
Hay peligro de infecciones varias, reacciones alérgicas y rechazos irremediables, pero hay esperanzas, también.
Sabemos que otras dolencias están desatendidas y que merecen ser rápidamente solucionadas. Pero, intentando ser exigentes: ¿Podríamos acusar a los médicos por una muela careada en el maxilar inferior de la estrella?
Ni que decir de su pelo que no tiene el cuidado de otras épocas de esplendor. ¿Y sus uñas?, No merece tamaño artista tenerlas tan descuidadas, ¡carancho!
Entonces, en vez de criticar y vilipendiar al equipo del milagro, ¿Por qué no usar la inteligencia y el talento para proponer nuevos desafíos, futuras sanaciones?
Daniel Mancuso
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