La seguridad ante todo, pero tampoco vamos a quemarle la cabeza a nuestros niños. Tenemos que dibujarla un poco. Que la violencia del mundo que los rodea no estropée sus tiernas infancias, que no se transformen en "niños ricos que tienen tristeza".
Que dejen la bicicleta tirada por ahí porque nadie se la va a llevar, eso es bueno. Tener la garita con dos tipos que piden documentos también. Los autos van a paso de hombre. Y cada vecino te sonríe y te saluda. Vivir en un country es maravilloso. Pero... (los peros siempre arruinan las cosas, ensucian la afirmación, la relativizan peligrosamente), a veces, hay que tomar medidas para protejer la felicidad.
Daniel Mancuso
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