TN y LA GENTE

Las tripas, la panza como dice mi nena, siempre fue el termómetro de mis ánimos, mi organo más sensible. Y paradógicamente no me cuido. Tomo mate, mucho. A veces, le doy al vino tinto. Y lo más dañino, miro la Tele...

Ayer me indigné. En TN, Bonelli y Silvestre, se lo pasaron repitiendo a quien escuchara, que el peligro chavista se cierne sobre el país. Lo llevaron a De Mendiguren para que muestre sus preocupaciones empresarias sobre el devenir de la Argentina. Le tienen miedo al Estado, lo denostan y lo ponen como cuco que se quiere comer a los pobres empresarios argentinos (que ponen la platita afuera), quienes temen al estatismo kirchnerista potencial.

Como Nesustadt y Grondona en los 90, el grupo Clarín vuelve a la carga contra el Estado. No se discute lo que se está haciendo bien y como mejorar lo que falta sino que se estigmatiza al Estado como fuente de todos los males. Los daños que el Neoliberalismo nos causó son ocultados bajo las alfombras de los canales opositores (todos) y se castiga al gobierno nacional por lo que hizo bien, lo que hizo mal, lo que no hizo, por lo que debería hacer y por las dudas. Culpable, siempre culpable.

Hablaron por teléfono con la embajadora en Venezuela, Alicia Castro, quien se lo pasó explicando y rectificando las preguntas malintencionadas e insistentes de los dos títeres periodísticos en la conducción. Yo miraba mientras mis intestinos se revolvían por tanta mala leche mediática, tanta manipulación e insistencia sobre un tema con fines electorales: perjudicar al gobierno.

Me dan ganas, a veces, pero no lo voy a hacer, no voy a romper el televisor, mi nena tiene que ver los dibujitos, cuando llega del jardín.

Daniel Mancuso