Se murió Raúl Alfonsín. No tuvo una muerte grata, mi viejo y mi vieja murieron como él. El cáncer no es un buen amigo de los moribundos, es bastante cruel. Me conduelo con su familia. Fue el primer Presidente democrático después de la Dictadura. Que en paz descanse. Fue honesto y querido por su gente.
Cuando pienso en Alfonsín, aparece la Plaza, no puedo olvidar ese día en la Plaza de Mayo, yo estaba allí a la altura de Defensa, éramos miles de compañeros de la JP, al igual que otros compatriotas bancando la democracia. Salió al balcón y dijo: “Felices Pascuas. La casa está en orden”. Estábamos ahí porque Aldo Rico y sus Carapintadas se habían rebelado por el avance de los juicios por violaciones a los derechos humanos. Era el 19 de abril de 1987. Poco después, envió al Congreso la ley de Obediencia Debida...
Da mucha pena su muerte, a pesar de no coincidir en nada con su pensamiento, él era un gran demócrata. Que lástima que ninguno de los políticos actuales de su partido se le acerque es honestidad intelectual y moral. Tal vez, con dirigentes de su estatura política en la oposición, este camino presente sería más fácil de ser transitado hacia la patria que todos soñamos.
Daniel Mancuso
2 comentarios:
Daniel ¿usted era uno de remera roja? creo que lo vi cuando me iba puteando porqe sabia que Alfonsin otra vez nos habia cagado
síiii, y vos eras ese de camisa celeste con una rubia tan bonita de la mano, qué linda que era esa piba...
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