La calle es una multitud de cuerpos grises que se pierden en el smog de la mañana. Los lunares azules parecen luciérnagas tristes que marchan a la nada. Dicen que fue por los chanchos que comen soja que fue sembrada con glifosato, que se pusieron tristes y enfermaron, de tanto comer y cagar, amontonados en un galpón cibernético. Dicen que la depresión contagió a unos indios descalzos y sin guantes que cuidaban a los chanchos, que a su vez contagiaron al capataz que estornudó en la gerencia y se lo pasó al patrón que viajó al DF a una reunión con el CEO y se fueron a cenar, y éste viajo de allí a la sede central de la compañia, en la tierra de los gringos, que allí se acostó con la secretaria y ella se lo pasó al marido y así se desparramó por ahí...
Dicen que llegaron unos rubios de la CIA, con trajes de astronauta, para llevarse el virus en frasquitos. Alguien contó que van a hacer experimentos en las montañas de Afganistan.
Menos mal que tenemos la televisón y nos dicen qué hay que hacer.
Daniel Mancuso
2 comentarios:
mancuso,extraordinario.gracias.
no soy anónima ni irrespetuosa,pero OJO!no soy de los "very few"
no entendí lo de "very few"
besos,
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