Silvio Berlusconi se parece a Menem en su mejor momento del 1 a 1, cuando la clase media lo amaba y festejaba todas sus ocurrencias locas. Silvio quiere llamar la atención sea como sea. ¿Te acordás de la Ferrari de Carlos Saúl, de bailando con una odalisca o jugando al basquet con Jordan? Silvio hace chistes sobre los comunistas, los campos de concentración o los desaparecidos. Y se ríe, y los que lo escuchan se ríen con él. Silvio es como Macri pero del primer mundo. Perdón, Macri robó ideas de Berlusconi para llegar a la política.
Era el último día de la campaña electoral de Ugo Cappellacci, candidato de Berlusconi para gobernar Cerdeña (que finalmente ganó), y comenzó a montar el show que siempre hace antes de cada comicio, donde se convierte en un bufón. Es dueño de los principales medios de comunicación italianos, de canales de televisión, diarios. Hace y deshace a voluntad. Es de Derecha. Es facho. Es egocéntrico. Es soberbio. Es impune. Es poderoso. Es un inescrupuloso empresario mediático. Como diría mi viejo: lascia perdere, quelo è uno stronzo, cretino e figlio di putana... Cómo me gustaría tenerlo cerca y escupirle un ojo.
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