Vivimos un tiempo de encuentro y mixtura. Latinoamérica hierbe sangre joven: india y mulata, blanca y negra, criolla y mestiza. Sangre hermana en la desgracia y el futuro. Sudor presente que sonríe. Los pies sufrientes, en el barro, empujan la carreta atascada de la historia nuestra. Los colores bailan en sus banderas al viento, como los dedos de la mano, todos del mismo cuerpo. Amanecen sueños postergados y se ponen de pie mirando el horizonte con decisión y coraje. Qué bueno leer y sentir y gritar que pensamos igual, a pesar de las distancias, de las miradas colonizadas, la propaganda adversa y la confusión...
« Larga ha sido la marcha para llegar a esta fecha de hoy, 15 de febrero. Es una fecha gloriosa, fecha luminosa, de consolidación de los plenos derechos y poderes democráticos.
» Porque ese es el destino que nos hemos trazado y en el que estamos dispuestos a dejar el alma para conquistarlo.
» Tiempo histórico que nos compromete, tiempo de nuestros ancestros y a la vez tiempo de nuestros nietos. No será una batalla más: en esta ocasión tenemos la oportunidad de despejar el horizonte, reimpulsando el devenir de un pueblo comprometido con los altos designios de esta hora.
» Avanzar en el sueño y el proyecto libertario de nuestro Padre Libertador, encarnarlo y realizarlo, pasa por la cita que hoy nos espera:
» Lo que comenzó a fraguarse a principios del siglo XIX, entre el filo del pensamiento y el filo de la espada, lo podemos consolidar este domingo, con nuestra firme voluntad de darnos el derecho de ser real y verdaderamente libres, real y verdaderamente soberanos.
» Lo que está en juego hoy 15 de febrero, puede sintetizarse en un dilema que debe ser resuelto por el Pueblo: seguir avanzando hacia el ejercicio pleno de la soberanía popular o la pretensión contrarrevolucionaria de ponerle frenos, cortapisas a la democracia revolucionaria.
» Es el dilema del Hamlet de Shakespeare: ser (el Sí) o no ser (el No).
» ... Antes la historia no nos pertenecía, otros la tramaban y nosotros sólo la padecíamos. Éramos simples peones de un macabro ajedrez dispuesto por el imperio y sus cipayos apátridas.
» El Pueblo heredero de las grandes batallas, encarnación viva de todas nuestras luchas, le ha puesto sangre y hueso, alma y corazón a esta revolución; hemos sido y somos, todas y todos, un solo protagonista estelar de las transformaciones emprendidas: transformaciones que no acaban aún porque se requiere seguir completando el sagrado anhelo que nos impusimos:
» Tener Patria Libre, Patria Buena y Bonita, Patria Socialista, para nosotros, para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.
» Quiero decir que le hemos propuesto al país una orientación que ha venido perfilándose entre aciertos y dificultades, es cierto, pero que desde que la parimos ha tenido el mismo horizonte: es nuestro pueblo haciéndose un Pueblo cada vez más digno día a día; un Pueblo que se reconoce en el trayecto recorrido y comprende lo que el porvenir le exige.
» En definitiva: un Pueblo que sabe que sólo fraternalmente unido en el empeño y conservando el camino, podrá un día decir que nos estamos acercando al sueño, al alto sueño de la Patria definitivamente liberada. Que no haya duda entonces: ¡¡Eso es lo que nos estamos jugando con nuestra decisión, hoy 15 de febrero!!
» Decía el gran poeta Willian Blake en un aforismo: así como hay un tiempo para la siembra hay otro para la cosecha. Sirva esta idea para perfilar lo que les quiero advertir.
» Desde antes de haber llegado al Gobierno y lo que llevamos en él, han sido tiempos de paciente y laboriosa siembra. Algo hemos recogido, pero no basta. Hoy 15 de febrero, es la fecha para garantizarnos el inicio del tiempo de las grandes cosechas:
» El tiempo de llenar los graneros de esta hermosa travesía en la que estamos comprometidos todos por un porvenir que sea nuestro de verdad y no un simple accidente del tiempo y de la vida.
» ... No habitamos ni vivimos un país. Habitamos y vivimos un reto, un reto de Patria. Por eso nuestras conquistas siempre estarán un poco más allá de lo que logremos; por eso es que tratar de darle consistencia al socialismo democrático es, para nosotros, una permanente exigencia: una frontera que hay que vencer cada día.
» De allí este empeño sin descanso, porque simple y llanamente nos lo merecemos: el reto de una democracia auténtica y revolucionaria, de participación plena y protagonismo pleno, es la idea que nos toca a la puerta de nuestra historia; esa es la idea poderosa que nos debe alentar porque como lo dijo Víctor Hugo: Nada hay más poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo.
» Finalmente, lo advierte también el Eclesiastés:
"Todo lo que va a ocurrir debajo del sol tiene su hora".
» Es pues, la hora del pueblo...
» Por eso te lo repito: ¡¡Te estoy esperando en aquel lugar!! ¡Venceremos!»
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