Soñó que los pibes del otro lado del alambrado se divertían jugando a los soldaditos. Con sus fusiles valientes y sus aviones justicieros atacaban sin piedad. Cautivo en el gran cajón maloliente, él y su familia plaga estaban cercados, sin salida, a punto caramelo para la masacre. Se miró en un pedazo de espejo roto y se vio rata. Cuic cuic soltó un quejido, una pared se le vino encima, cuic saltó un montículo de escombros, pasó a lo que había sido el comedor, entre la polvareda vio tirados cuic cuic a su mamá y su papá ratas ensangretados, inmóviles. Los tanques avanzaban para aplastar lo quedaba de su casa. Corrío, corrió, cuic. Las ratas huían, corrían en círculos, cuic, se refugiaban en algún agujero hasta la próxima explosión. Sudaban expectantes, las ratas y los pibes, por diferentes razones. Excitados, los soldaditos aplaudían cada rata caída, gritaban y se abrazaban locos de contentos cuando se armaba el revuelo entre cadáveres pisoteados y futuras víctimas en el matadero. Miraban al cielo desesperadas, cuic, yendo a ninguna parte esperando el impacto fatal. Atacaban por tierra, atacaban por aire, el suelo temblaba sin parar, el gran cajón se llenaba de sangre y carne machucada. Los ayes no tenían adónde ir, volaban con la brisa entre cascotes, hierros retorcidos, carne podrida y lágrimas. Ratas y ratitas iban y venían deseperadas por un hueco entre los escombros adentro del cajón mortaja, cuic, el cajón sarcófago, cuic, el cajón genocidio. Una rata vieja caminaba en medio de la metralla, sin apuro, desafiando al azar. Pronto cayó de bruces, cuic, con una bala en la frente, había soldaditos sobre la colina jugando tiro al blanco...
La explosión lo despertó, lo dejó sordo, aturdido, tirado en medio de algún lugar de ese desierto derrumbado. Había ratas tiradas por doquier, muertas. Abrió y cerró los ojos entre el polvo y la náusea, una y otra vez. Miró en derredor y lloró una eternidad. La cabeza entre las rodillas, las manos apretadas, deseó profundamente ser rata. Cerró los ojos, cuic, respiró hondo, trató de oler a sus hermanitos perdidos, olió, olió, pero el aire rancio le dio arcadas y vomitó gotitas amarillas, nada. Deambuló sin saber adónde, los pies tajeados, el cuerpo machucado. Cuic. Reptó dolorido, oliendo como rata un sueño que lo llevara al pasado, la guarida familiar, la escuela de roedores, su barrio sepultado, los chirridos de sus hermanos... ¿cuic? o al menos pudiera encontrar una madriguera donde esconderse de ese infierno de drones asesinos y la lluvia de muerte.
La explosión lo despertó, lo dejó sordo, aturdido, tirado en medio de algún lugar de ese desierto derrumbado. Había ratas tiradas por doquier, muertas. Abrió y cerró los ojos entre el polvo y la náusea, una y otra vez. Miró en derredor y lloró una eternidad. La cabeza entre las rodillas, las manos apretadas, deseó profundamente ser rata. Cerró los ojos, cuic, respiró hondo, trató de oler a sus hermanitos perdidos, olió, olió, pero el aire rancio le dio arcadas y vomitó gotitas amarillas, nada. Deambuló sin saber adónde, los pies tajeados, el cuerpo machucado. Cuic. Reptó dolorido, oliendo como rata un sueño que lo llevara al pasado, la guarida familiar, la escuela de roedores, su barrio sepultado, los chirridos de sus hermanos... ¿cuic? o al menos pudiera encontrar una madriguera donde esconderse de ese infierno de drones asesinos y la lluvia de muerte.
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perder resonancia en nuestras conciencias. Hay gente con doble vara,
doble rasero. Y hay gente que se lo pasa criticando...
2 comentarios:
Mientras tanto el tipo que preside las NU opinó que, tal vez, se podría pensar que quizás se estarían dando las hipotéticas condiciones que permitirían calificar a las presuntas acciones de Israel como un genocidio contra el pueblo de Gaza.
Hasta algunos judíos de Israel conocedores de las entretelas de este añejo "conflicto" tienen en claro que la consigna "a matar árabes", que no se publica pero que se esconde tras el eufemismo "La Familia", responde más a las luchas por el poder dentro de Israel entre los que los quieren matar de a poco -Netanyahu- y los que los quieren matar en masa -Liberman-. Ya no hay dentro de Israel palomas judías con una voz que pueda ser escuchada.
Para los estúpidos que lo miran por TV o lo leen en los diarios de la infamia, las acciones judías son una represalia a los 1500 cohetes enviados por Hamas.
Hamás funciona como la escusa perfecta para que Israel de verdad busque eliminarlo. Lo que quieren matar son civiles, no dejarlos levantar cabeza, destruir sus escuelas, hospitales, transportes y viviendas. Gaza es una cárcel así que refugiarse es materialmente imposible porque ni Hamas ni Israel lo quieren. Ni siquiera las instalaciones de la Cruz Roja o de la ONU están a salvo.
Duele en el alma tanta injusticia, tanta impunidad.
A Rabín le dieron el Nobel de la Paz y un judío lo asesinó. A Obama que financia y apoya a los genocidas también se lo dieron.
Tristemente, lo que sucede en Palestina es una muestra más de lo hipócrita que es el orden internacional actual. Los poderosos pueden matar impunemente y encima posar de víctimas. Terrorista es el que se defiende con una piedra del que le tira con un misil :-(
Ah, solo un apuntecito, profe, no se preocupe que al fulano de las NU ya le vendrá algún académico de postín a explicarle que el holocausto es incomparable e irrepetible y que aunque desde el estado de Israel volatilicen de la faz de la Tierra a todo el pueblo palestino y luego orinen en sus tumbas, eso es apenas algo lamentable, que hay que criticar, pero que no es para tanto (!)
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