martes, 13 de julio de 2010

DIOS ESTÁ ENOJADO



El arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Ñáñez, decidió sancionar al sacerdote Nicolás Alessio, en reprimenda por su posición favorable a la sanción de la ley de matrimonio igualitario que se tratará este miércoles 14 de julio . Lo separó temporalmente por expresarse de manera “contraria” a la enseñanza y magisterio de la Iglesia Católica.

Mediante un comunicado, Ñañez señala que luego “de haber agotado los medios de solicitud pastoral para que Alessio se enmendase y retractase públicamente de las declaraciones realizadas (…) a favor del presunto ‘matrimonio’ entre personas del mismo sexo (…) y habiendo el antedicho presbítero negado toda posibilidad de modificación de su obrar, se decidió un proceso eclesiástico en contra del cura”.

De este modo, Alessio no podría continuar ejerciendo el sacerdocio hasta que se expida el Tribunal Interdiocesano. Pero Nicolás dijo que seguirá dando misa salvo que lo metan preso.


El cura Nicolás Alessio participó, el mes pasado, en una marcha a favor del matrimonio homosexual por el centro de Córdoba. En el momento de los discursos, tomó la palabra: “Esto es diversidad. Esto es colorido. Esto es belleza. Esto es alegría. Fantástico. Primero quiero perdir perdón por pertenecer a una institución que no termina de convertirse al evangelio de Jesús, a un Jesús que jamás condenó la homosexualidad y jamás condenó el matrimonio homosexual, pero sí a los soberbios, a los poderosos, a los que discriminan”.

El cura Nicolas terminó con una reflexión: “Los dioses son más plurales que nosotros; son un arcoiris de diversidad”. Son 8 minutos que desafían la autoridad de la Iglesia Católica, concretamente la del jefe directo de Alessio, el arzobispo Carlos José Ñáñez, que ya no sabe cómo mantener la boca cerrada de este pastor consustanciado con su pueblo.

En los portales de información católica le acusan de “indigno para ejercer el sacerdocio” y llaman a la recogida de firmas para que Monseñor Ñañez haga algo. “Los Kirchner y cía andan empeñados en seguir los pasos zapateriles en el camino de la ingeniería social y puede que logren que el matrimonio entre homosexuales sea una realidad”, dice el mismo crítico, en referencia al proceso de legalización de las uniones del mismo sexo que tiene lugar en Argentina.







En Argentina, la Federación de Gays, Lesbianas y Transexuales ha conseguido “las adhesiones de alrededor de 17 sacerdotes católicos y algunas congregaciones religiosas de monjas”, cuenta Marcelo Márquez, que trabaja en asuntos religiosos para esta organización.


P: ¿Qué peso tiene la Iglesia Católica en Argentina para la aceptación social de la homosexualidad?

R: Su discurso pesa, quizás menos en los grandes centros urbanos, pero a medida que uno se aleja de estos centros, este discurso pesa más. Y sigue contruyendo homofobia que se expresa en el trato discriminatorio que lleva hasta el asesinato de personas de nuestro colectivo. No es un discurso menor, inocente y no hay que subestimar el poder económico y de relaciones con que cuentan. Los países latinoamericanos somos sociedades en las que el discurso religioso es importante para su población general y media y a la vez esto mismo es utilizado por los sectores de poder, entre ellos la misma jerarquía católica y los sectores más reaccionarios de la institución como el Opus Dei o evangelistas pentecostales de tinte fundamentalista.


P: En orígen, los cristianos eran “los diferentes”…

R. Sí, la Iglesia surgió de una minoría distinta del hegemónico del judaísmo y el imperio romano. La gran diversidad de espiritualidades, carismas y estados de vida en la iglesia dan cuenta de la consonancia con lo diferente. El aferrarse al poder, al privilegio institucional, al verticalismo, al clericalismo, incluso al machismo y el heterosexismo, son más opuestos a los valores cristianos.


P: ¿Hay alguna corriente que haya defendido expresamente los derechos de los homosexuales dentro de la Iglesia?

R. Lamentablemente no, no existe una corriente determinada que defienda expresamente los derechos del colectivo LGTB, porque éste último siempre buscó separarse de una institución tan militantemente violenta con ella. Fuera de la Iglesia católica, hace años, existe la Teología Queer, pero el peligro de ésta es que se transforme en elitista y no sea capaz de atravesar los intersticios dejados por la institución, para comenzar a construir un discurso positivo y liberador de la homosexualidad en la Iglesia.







Daniel Mancuso

2 comentarios:

Escribidor dijo...

Von Wernich y Grassi siguen siendo sacerdotes. Este tipo esta suspendido. Se ve que para la Iglesia es mas grave opinar a favor del matromonio igualitario que un cura abusador de menores o un cura complice de torturas, asesinatos y desapariciones. Esta claro de donde viene el asunto.

Daniela Godoy dijo...

Hay mucho en juego en esta movida. Como tantas otras veces, la jerarquía ataca con dureza a los curas monjas y laicos que se han comprometido con los valores que predican. Tenemos el caso de Bergoglio, entregador de los jesuitas a la Junta Militar. No se resignan a dejar de influir en la vida cívica, siempre del lado de los poderosos. Pero, a pesar de todo, siempre hay discolos...

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