La franja de Gaza es una cárcel a cielo abierto. Un rectángulo de 46 km de largo y entre 6 a 10 km de ancho. Está rodeado por los desiertos de Negev y Sinaí. El mar Mediterráneo no es la salida porque está cercado por naves de guerra israelí que no dejan pasar nada: ni alimentos ni medicinas. Por tierra, los tanques y soldados custodian, palmo a palmo, los límites de la prisión, ni siquiera los periodistas internacionales pueden entrar a Gaza, ni la Cruz Roja tampoco. Cuando los judios hablan de los campos de concentración nazis de la segunda guerra mundial, deberían recordar que están repitiendo las mismas atrocidades con sus primos palestinos en el campo de concentración de Gaza. Sólo que aquí no hay cámaras de gas, pero hay hambre, hacinamiento, miseria y represión de los soldados israelíes sobre la población civil palestina. Un millón y medio de personas (1.500.000) viven encerradas, presas, en manos del ejército más poderoso de la región, uno de los más modernos del mundo.
Los jóvenes de Gaza no tienen posibilidad de hacer una vida normal. A sólo 71 km de distancia, está Tel Aviv, con sus hoteles lujosos y sus turistas, sus euros y dólares y un futuro venturoso. En Gaza, los pibes no tienen trabajo, están amontonados como animales para el matadero, no pueden emigrar, formar una familia, soñar. Están compelidos a la guerra, a la muerte. Tal vez, sea necesario que ellos existan para que la máquina belica israelí tenga sentido. Los muertos en vida de Gaza, las semillas de la Jihad (la guerra santa contra Israel) son plantadas por la ambición de los alcones de la guerra judios.
En Israel, miles de estudiantes y civiles son reprimidos por la policia cuando se manifiestan contra la guerra fratricida de la derecha nazi sionista. Los palestinos que viven y trabajan en Israel son una minoría, mal vistos y discriminados por los señores judios racistas. Incómoda situación, ser bastardo en tierra enemiga.
La complicidad de la comunidad internacional, la inoperancia de las Naciones Unidas, la alianza estratégica de los Estados Unidos con el gobierno Israelí, son la fórmula mortal de la masacre de medio Oriente. El silencio de las iglesias del mundo, las mentiras de los medios de comunicación, la distorsión de la verdad, asesinan igual que los bombardeos. Los terroristas del Estado hebreo hablan de "lucha contra el terrorismo", ellos que son genocidas profesionales usan la excusa de las bombas palestinas (que son piedritas frente al poderío militar israelí) para perpetrar una larga pesadilla.
1 comentario:
lo pongo en mis blogs sabra porque
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