La señorita Beatriz Sarlo viajó a Santa Cruz por el primer aniversario de la muerte de Néstor Kirchner, ("¿en avión, en ómnibus?"), seguramente con dineros del diario La Nación que le pidió a cambio que escriba, de modo independiente, una nota sobre las escenas allí producidas, con un toque de buen gusto reaccionario ("En su interior, el mausoleo, antes que sobrio y grave, es un poco elemental, como si algo hubiera fallado en la imaginación estética y este monumento fúnebre pasara por alto lo que afirmó un gran arquitecto del siglo XX: la tumba es el único tema donde la arquitectura puede convertirse verdaderamente en arte"), de cuño gorila.
Ella cumplió y tipeó su sentido "Tributo en la tierra santa del kirchnerismo".
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En la nota, la señorita Beatriz demuestra que los peronistas, aparte de gritones son brutos, no tienen buen gusto ("La gran bandera argentina y la llama de las antorchas votivas son lo único móvil cerca de ese gran cubo de cemento gris y piedra. Sencillo y pesado. Las angostas aberturas horizontales no le dan levedad sino que, por contraste, aumentan el efecto de masa compacta. Protegerá el féretro de todo ataque: una especie de búnker fúnebre, más impresionante que austero. Podría decirse que es demasiado grande, que estalla en ese cementerio doméstico donde las bóvedas son modestos trabajos de albañilería. La desproporción del mausoleo no puede ser juzgada en abstracto. Estas cosas tienen historia").
Quizás tenga razón la señorita Beatriz, hubiera sido mejor, una urnita pequeña, de barro del lugar, debajo de una campana de vidrio, como la que guarda los sánguches del bar de la esquina. Todo sobre un cajón de manzanas. Eso hubiera sido estética bien peronista, ¿no Betty?
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Hay algo peor que el mal gusto peronista, la repetición del mal gusto... ("El primer peronismo... despojó al monumento de su carácter póstumo. Emplazó estatuas, bustos, altorrelieves, murales y retratos de Perón y de Eva, que durante la revolución libertadora fueron destruidos, en un acto tan poco republicano como había sido ponerlos sobre sus pedestales. Una provincia, calles y avenidas, escuelas, estaciones, lo que se les ocurra, llevaron el nombre de Perón. Todos esos homenajes fueron en vida. No ha sucedido lo mismo con Néstor Kirchner").
Tiene razón la señorita Beatriz, hubiera sido mejor seguir con la costumbre de homenajear a matadores ilustres: Mitre, Sarmiento, Roca, Lavalle. ¿Por qué homenajear a a un presidente que le dio trabajo a los argentinos, o a una mujer que dejó la vida en pos de ayudar a los humildes?
Ella cumplió y tipeó su sentido "Tributo en la tierra santa del kirchnerismo".
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En la nota, la señorita Beatriz demuestra que los peronistas, aparte de gritones son brutos, no tienen buen gusto ("La gran bandera argentina y la llama de las antorchas votivas son lo único móvil cerca de ese gran cubo de cemento gris y piedra. Sencillo y pesado. Las angostas aberturas horizontales no le dan levedad sino que, por contraste, aumentan el efecto de masa compacta. Protegerá el féretro de todo ataque: una especie de búnker fúnebre, más impresionante que austero. Podría decirse que es demasiado grande, que estalla en ese cementerio doméstico donde las bóvedas son modestos trabajos de albañilería. La desproporción del mausoleo no puede ser juzgada en abstracto. Estas cosas tienen historia").
Quizás tenga razón la señorita Beatriz, hubiera sido mejor, una urnita pequeña, de barro del lugar, debajo de una campana de vidrio, como la que guarda los sánguches del bar de la esquina. Todo sobre un cajón de manzanas. Eso hubiera sido estética bien peronista, ¿no Betty?
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Hay algo peor que el mal gusto peronista, la repetición del mal gusto... ("El primer peronismo... despojó al monumento de su carácter póstumo. Emplazó estatuas, bustos, altorrelieves, murales y retratos de Perón y de Eva, que durante la revolución libertadora fueron destruidos, en un acto tan poco republicano como había sido ponerlos sobre sus pedestales. Una provincia, calles y avenidas, escuelas, estaciones, lo que se les ocurra, llevaron el nombre de Perón. Todos esos homenajes fueron en vida. No ha sucedido lo mismo con Néstor Kirchner").
Tiene razón la señorita Beatriz, hubiera sido mejor seguir con la costumbre de homenajear a matadores ilustres: Mitre, Sarmiento, Roca, Lavalle. ¿Por qué homenajear a a un presidente que le dio trabajo a los argentinos, o a una mujer que dejó la vida en pos de ayudar a los humildes?
¿Por qué tanta calle Néstor Kirchner, tanto torneo, escuela, puente? Después de todo, lo único que hizo ese flaco desgarbado fue eternizar el mal gusto peronista: mocasines, traje cruzado fuera de moda, birome berreta, y un discurso seseante que se conjeló en una frase mal pronunciada: ¿qué te pasha Clarín?
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8 comentarios:
Una corrección, cumpa. Creo que equivocó usted a elegir el color rojo para transcribir las palabras de la señorita Beatriz. Lo más acertado hubiese sido utilizar el color verde, ese que que suele atribuírsele a la envida.
Gracias y disculpe el atrevimiento.
jajajaja... es verdad, pero no sé si será muy visible el verde para la lectura, juro que probaré en próximas ediciones... abrazo
Seguramente, no soporta pensar que su tumba será un olvidadizo pozo de estiercol.
Es notable como el odio y la envidia nublan el entendimiento hasta el punto de hacer que una persona instruida como es Sarli escriba y hable con la profundidad de una charla de peluquería o de cola de banco.
¿Alguien me puede explicar porqué a esta $%&/+^ se la sigue citando como intelectual", cuando se escuchan análisis más sesudos en la cola de la verdulería? Deben de ser las mismas razones por las que a Larrata se lo cita como "periodista".
La escritora está más ocupada por la estética y las dimensiones de la bóveda familiar que por las razones por las cuales, Néstor Kirchner y en su momento Juan Perón, Eva Perón ó Hipólito Yrigoyen recibieron el respeto y el amor de su pueblo.
Como si esas razones carecieran de importancia y no fueran las causas reales de tamaños fervores.
Supongo que no lo entiende ni le interesan. Sólo debe cumplir con su nota para su actual empleador en los términos que deben haber establecido y que ella pone de manifiesto cada vez que se le presenta la oportunidad.
Allá ella. Y AQUI NOSOTROS.
Saludos
Tilo, 70 años.
gracias por los comentarios, vosotros sois gente de pensamiento profundo y sensibilidad a flor de piel, imprescindibles compañeros, abrazo.
Me sumo a lo de Eduardo real: Sarlo es al ensayo, o al pensamiento intelectual y crítico lo que Larrata al periodismo o Carrió a la politica.
¿Asi que va a Santa Cruz? En el 2004, dijo que no se había molestado en ir al acto de la ESMA ese 24 de Marzo porque no iba a dejar que ese tipo le explicara lo que eran los derechos humanos (no voy a repetir la importancia de lo que paso ese día, las palabras que se dijeron y quienes y porqué lo hicieron). Y de ahi se fue corriendo a aplaudir en los actos de Blumberg. Cuando Bergman le cambio la letra al himno, y el falso ingeniero blanqueo sus intenciones (el "engendro Blumberg" lo llamaba Aliverti), la Betty lo defendió escribiendo "¿Porque lo atacan si dice lo que pensamos todos?"
Ese 24 de Marzo empezó lo que antes de ayer celebramos... salvo ella, supongo. Ensayista éssssta, Beatriz (esa es una respuesta a su nivel).
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