Cristina asumió la Presidencia hace poco más de un año. Nunca dejo de repetir que su gobierno era la continuación del modelo instaurado en 2003 y por eso la votamos, y GANÓ. Es la Presidenta y su modelo de país es el que se está llevando adelante.
Sin embargo los intereses agroexportadores le hicieron 7 lockouts impulsados por las 4 entidades patronales ruralistas: la mesa de enlace. Con el apoyo de toda la oposición política, se han coaligado para combatir al gobierno nacional, es una marcha irresponsable y destituyente, acentuada por la crisis internacional que nadie sabe bien hacia dónde se dirige. Lo que sí sabemos es que el Neoliberalismo (que Carrió, la UCR, Macri y el stablishment defendieron y aún reivindican) fracasó, y otro mundo es posible.
Pareciera que asistimos a 2 maneras diferentes de expresión política, 2 visiones de la Argentina por venir: La del Gobierno y la de la Oposición (CC, UCR, PRO, De Narváez, Mesa de Enlace, Multimedios, etc...). Una es la que se está llevando a cabo, privilegiando la reindustrialización del país, la redistribución del ingreso, la generación de empleo y el consumo interno. La otra es la que pretende reimplantar el Neoliberalismo (que está muriendo en el mundo), las políticas de achicamiento del Estado, la preeminencia del mercado, la institucionalidad vacía, el consenso (para que ganen y pierdan los mismos de siempre), la democracia chueca e injusta que hemos padecido por tantos años.
El senador Eric Calcagno explica:
«... Los resultados en la economía real entre 2002 y 2008 hablan del plan del gobierno nacional: el producto creció entre el 8 y el 9 % anual, la tasa de inversión subió del 11 al 24 %, el tipo de cambio se transformó en competitivo, existen amplios superávits fiscal y externo (conseguido no con los siempre recomendados ajustes, sino sobre la base de la expansión y el crecimiento), hay una fuerte reindustrialización, la desocupación cayó del 22 al 7,8 %, el porcentaje del ingreso de los asalariados se elevó del 34 al 43 % del ingreso total, nos emancipamos del Fondo Monetario Internacional.
» Estos resultados no son el fruto de la casualidad. Para obtenerlos los grandes lineamientos de una planificación indicativa señalan los objetivos a cumplir: desarrollar la actividad económica, sostener el empleo, adecuar el tipo de cambio a nuestras necesidades, conservar la solvencia del Estado, satisfacer el mercado interno y aumentar el comercio exterior, continuar las políticas educativa y de salud, asegurar la reindustrialización. A nivel táctico se elaboraron los proyectos en el Gobierno y en los ministerios, se sancionaron leyes, se trabajó a nivel de Nación, Provincias y Municipios; se buscó la articulación entre Estado y mercado en la producción de riqueza ».
El Plan Fénix opina sobre lo que está pasando: “El conflicto agropecuario en el nuevo escenario internacional: pensar y actuar para el bien común de los argentinos”.
En este documento toma partido: “a favor del mantenimiento de las retenciones” y critica “la postura de las patronales rurales, respaldada por parte importante de la oposición política”.
“Hoy más que nunca, desguarnecer al Estado constituye un grave paso en falso, que entraña riesgos considerables. No es éste el momento, seguramente, de privilegiar intereses sectoriales, sobre todo cuando nada indica que la supervivencia de los emprendimientos agropecuarios esté bajo amenaza”.
En este escenario, se destacan las medidas anunciadas por el gobierno y se reafirma: “nuestra postura a favor del mantenimiento de las retenciones, graduando su impacto por producto, escala de explotación y región geográfica . Se trata de un instrumento con indudables efectos positivos: permite socializar parte de la renta primaria, que de derecho corresponde a toda la comunidad”.
Y, sobre todo, enfatiza que: “modificar los principios que sustentan el sistema de retenciones sería equivocado. A los argumentos ya mencionados debemos agregar la profundización de la actual crisis internacional, con impactos recesivos que llegarán inexorablemente a nuestro país”.
La presente puja en torno del tema: “no refleja sino un posicionamiento torpe y de miras cortas; quienes abogan por la eliminación de las retenciones, en función de su interés sectorial inmediato, sacrifican una estrategia que a la postre resulta más beneficiosa para el conjunto”.
Y agrega que a esto contribuye: “una dirigencia política incapaz de pensar más allá de la coyuntural capitalización de la protesta. Entendamos que no es sólo el interés sectorial sino el patrón de acumulación y distribución lo que aquí está en juego”.
El documento subraya que la retención como herramienta: “introduce un tipo de cambio diferenciado que favorece un desarrollo armónico de agro e industria, transfiriendo al conjunto de la economía la ventaja comparativa agrícola; y brinda holgura fiscal al Estado, lo que habilita el financiamiento de inversión productiva y otras prestaciones estatales, sin presionar sobre los mercados” financieros.
“Hemos vivido y sufrido las consecuencias de esquemas fundados en la revaluación cambiaria y el desfinanciamiento estatal; no están tan lejanos los recuerdos del empobrecimiento de los años 90 y la correspondiente crisis terminal de 2001. Sin embargo, hay quienes parecen añorar este modelo.”
Una herramienta insustituible, la política de apoyo a las retenciones que promueve el Proyecto Estratégico de la Universidad de Buenos Aires Plan Fénix se basa en: “la historia argentina de las últimas 3 décadas. Los dos ciclos más exitosos de la economía en términos de crecimiento (1963-1974 y 2003-2008) en los últimos 50 años contaron con la aplicación de tipos de cambio diferenciados mediante retenciones.”
En ambos casos: “sobresale el fuerte impulso resultante para las exportaciones industriales no tradicionales, que crecen en términos reales a un ritmo muy superior al de las exportaciones agrícolas. Una herramienta insustituible para apuntalar al desarrollo con equidad de la Argentina”.
En la actual coyuntura se añaden: “algunos elementos novedosos. La caída de los precios internacionales (que han regresado así a valores próximos a los históricos), ha reducido el margen de ganancias extraordinarias del año pasado. A ello se agrega una sequía inédita, con valores de precipitación pluvial menores en 50 % o más con relación a promedios históricos, que ocasiona la disminución de los volúmenes producidos”.
Según el documento del Plan Fénix, es necesario: “comprender la problemática agropecuaria en toda su diversidad; esto implica ir más allá de la cuestión puntual de las retenciones. El modelo de agricultura intensiva en tecnología que se desarrolló en la última década conlleva una fuerte expansión del cultivo de soja, en detrimento tanto de usos más equilibrados de los suelos , como de cultivos más intensivos en uso de mano de obra en zonas extrapampeanas. Por lo que se avizoran los riesgos propios del monocultivo, en términos de su viabilidad ecológica como de precios internacionales no previsibles”.
Estos aspectos requieren: “definiciones estratégicas por parte del Estado, ya que la preservación del suelo y la sostenibilidad en el largo plazo no pueden dejarse libradas a las señales del mercado, dado el limitado horizonte de evaluación de los decisores privados”.
“La dirigencia política argentina debe comprender –desde el Gobierno o desde el llano– que es imperativo persuadir desde la razón, y a la vez desde una perspectiva que valore el bienestar del conjunto de la sociedad. De la misma manera, corresponde reclamar a los medios de comunicación un tratamiento objetivo, que no priorice una toma de posición, como hoy se observa en forma generalizada”.
Es cierto que desde todos los estamentos del Estado hay una deficiencia comunicacional importante para explicar esta dicotomía, inflada maléficamente por los medios de desinformación. La clase media compró las consignas inventadas desde la "crisis del campo": todo va empeorando, las retenciones son un abuso, no sabemos si termina el mandato, no tienen plan, así no va más, esto se cae a pedazos, etc... Los medios, repiten, abundan, reiteran, manipulan descaradamente. La presentación de la PROPUESTA de Proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual viene a poner un poco de aire fresco al enrarecido clima comunicacional argentino.
Es claro que cuando se ataca al gobierno afirmando que no tiene plan o no sabe hacia dónde va, lo que se está diciendo desde las usinas opositoras es: NO HACEN LO QUE NOSOTROS QUEREMOS. El 28 de junio, las cosas van a estar mucho más claras.
Daniel Mancuso
No hay comentarios:
Publicar un comentario