lunes, 30 de mayo de 2011

BREVE HISTORIETA DEL PADRE DE LOS HIJOS DE FIERRO




Con el paso del tiempo, la neuronas van perdiendo la capacidad de comunicarse con precisión, rapidez y a larga distancia con otras células, ya sean nerviosas, musculares o glandulares.

Cuando eso sucede, los razonamientos suelen derrapar en el fango de los equívocos, la lengua mete la pata, y la pata tropieza en las baldozas de la boludez.

Pino no tiene la culpa, es el tiempo, el implacable, el que pasó...
































































Daniel Mancuso

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