lunes, 7 de julio de 2014

PAÑUELOS BLANCOS Y ANTIPOLÍTICA









Un símbolo está vivo si está cargado de significación. Los pañuelos blancos gestaron la democracia más pura, la que nació en la fuerza centrífuga de unas viejas girando la Pirámide de Mayo, a pesar de las botas y los fusilamientos. Y se expandió, se expandió entre los secuestros, y los gases lacrimógenos, entre la burla y los tribunales inertes, las negativas cínicas y las caras de circunstancia en los escritorios de la mentira. Y giraron, marcharon, y el tiempo se dio vuelta, y las viejas rejuvenecieron, los muertos resucitaron, los desaparecidos poblaron las conciencias. Y todos lloramos de alegría por las pequeñas libertades recuperadas gracias a los pañuelos valientes vestidos de mamás pacientemente desesperadas.

Los "políticos" antipolíticos, cipayos de vuelo corto, de derecha y  de izquierda, perdidos ante las luces y las cámaras de los estudios desestabilizadores o en las asambleas de las luchas imaginarias, ahogados en su propia necedad no entienden de qué se trata. Son brutos. Irrespetuosos, deberían lavarse la boca con lavandina, y el culo con kerosén, antes de hablar de las Madres o las Abuelas.

Los pañuelos blancos son nuestros, de todos, pero son de acá y de allá y de todas partes, paridos con dolor y sangre en el tiempo del desasosiego fatal. Cuando nadie asomaba la cabeza, los pañuelos blancos arrastraban por el mundo el orgullo de haber sido y el dolor de ya no ser, y con una lágrima asomada gritaron libertades en la cara de los verdugos. Cuesta abajo en la rodada sacaron pecho y sostuvieron el aliento para gritar: ¡asesinos! ¡asesinos! ¡asesinos! y dejaron sin palabras a los ¡asesinos!

Ningún argentino honesto debería ignorar un pañuelo blanco, trenzados con fibras de amor, lucha, valentía, resistencia y tenacidad frente a las poderosas garras de la muerte cívico eclesiático militar.

Ahora es fácil justificar votaciones absurdas, negativas y abstenciones estúpidas, con el poder mediático que los apaña para que sean mansos y obedientes alfiles, disfrazados de opositores a la dictadura populista.

 Ahora es fácil olvidar la tragedia y las gloriosas combatientes de pañuelo blanco. Pero la historia no empieza cuando uno llega a la fiesta. El símbolo es una máquina transformadora de energía. Los pañuelos blancos iluminaron la epopeya antidictatorial desde 1976 para que el sucio genocidio no espantara a la conciencia colectiva y construyera, sin prisa y sin pausa, la memoria, la verdad y la justicia que ahora avanzan sin tregua.








En la cámara de Diputados, con 176 votos de distintas bancadas, se dio media sanción al proyecto que declara Emblema Nacional al pañuelo blanco de las Madres de Plaza de Mayo: “en tributo a los valores que el mismo universalmente representa en la lucha por Memoria, Verdad y Justicia y el respeto a los derechos humanos”.


También hubo una mancha antipolítica: 7 integrantes de los bloques del PRO y el Frente Renovador (FR) rechazaron la propuesta y el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) se inclinó por la abstención.


Cómo siempre, con sus ridículos razonamientos adolescentes, el trotkismo, pese a sus concepciones revolucionarias de café, logró consensuar con la golpista blanda Patricia Bullrich y la derecha massista en aras de oponerse al amanecer y la luna en cuarto creciente.


“La utilización y manipulación política de las Madres por parte del kirchnerismo, cambió todo. Con Sueños Compartidos y Schoklender, las Madres son un eslabón más del kirchnerismo”



 “Quienes se opusieron al proyecto, en realidad están en contra de la política de derechos humanos de este gobierno, pero como eso no cae bien en la sociedad buscan distintos argumentos para obstruirla”, replicó el autor del proyecto, Leonardo Grosso.


“Por inexperiencia no insertamos nuestra opinión en la sesión. Pero estamos en contra de la política de estatización de las Madres de Plaza de Mayo por un gobierno que crea el Proyecto X y avala a las patotas sindicales”. Desde el FIT preferimos dejar el ejemplo de las Madres en el campo de la historia de las grandes luchas”. “Ni con los K ni con otros peores, que cínicamente votaron el proyecto y fueron los que les tiraron la caballería y la infantería encima de las Madres el 20 de diciembre de 2001.”

 Néstor Pitrola dixit.


La votación sumó 176 adhesiones a favor. El voto en contra de las macristas Bullrich y Silvia Majdalani, y las massistas Lagoria, María Ehcosor, Laura Esper María Schwindt y Mirta Tundis.

Los 3 diputados del FIT, Néstor Pitrola, Nicolás del Caño y Pablo López, se abstuvieron.









“Las madres K destruyeron hasta la historia de las Madres de Plaza de Mayo. Hoy las Madres representan la manipulación y el odio en la política. Son un vagón más del oficialismo.



Hubo matices: el proyecto aprobado en la Comisión de Derechos Humanos elevaba al pañuelo blanco a símbolo nacional, una definición que fue cuestionada por diputados del PRO, la CC y el FA-Unen. El miércoles pasado, en el recinto de la Cámara baja, el oficialismo concedió el cambio del término “símbolo” por el de “emblema” para sumar más voluntades a la propuesta, pero la maratónica sesión no dio tiempo para el debate, donde sólo el kirchnerista Alejandro Abraham solicitó abstenerse porque no acordaba con el cambio en el texto original.

De convertirse en ley, el pañuelo blanco sería un emblema nacional que se sumaría a los símbolos nacionales –como la bandera, el escudo, la escarapela y el Himno– creados en la lucha por la Independencia y aprobados por la Asamblea de 1813 para representar al entonces nuevo Estado.













Daniel
Mancuso




2 comentarios:

profquesada dijo...

El oportunismo, el ocultamiento, la simplificación van siempre de la mano de quienes pretenden escribir la historia.
Pero estos enanos y enanas están muy lejos de poder hacerlo. No dan razones, porque no las tienen, dan excusas que no es lo mismo.

La historia de los pañuelos blancos con los nombres de los desaparecidos que llevan las Madres y Abuelas no expresa a un sector ni mucho menos a una persona en particular.
Es como si la Bandera pudiese identificarse con su creador Manuel Belgrano, o peor, con los milicos que la profanaron.

Es por esa razón, porque representa una cosa distinta de lo que son -en este caso la defensa de los Derechos Humanos como un componente esencial de una nueva noción de Patria- los pañuelos se han convertido en un símbolo.
Esa nueva noción simbolizada por la incorporación de los pañuelos al resto de los símbolos no es ni radical, ni pejotista, ni socialista, ni kirchnerista y es políticamente significativa en la medida es que lo es moralmente.

Si estos enanos fueran más sensatos y menos mezquinos(imposible porque en ese caso no serían enanos) habrían puesto a cubierto los pañuelos de la discusión política menor.
De paso, llamar emblema a lo que es un símbolo lo rebaja, emblema es el escudo de Ríver, no el Escudo Nacional, parece mentira que gente seria, culta, puesta a legislar no caiga en cuenta de la diferencia. Y si lo hace a posta, peor.

Unknown dijo...

Desde Montevideo explicaban orondos como no podían defender la soberanía nacional porque estaba Rosas, mientras San Martín en su testamento le legaba su sable...
Con Mitre aplaudían el exterminio del pueblo guaraní (porque estaba Francisco Solano López, que era más malo que la tiña o algo así, y, oh casualidad,era un defensor de la independencia de su patria) y con Sarmiento exigían el exterminio del último gaucho...
Con Avellaneda repetían que querían pagar a costa del hambre y la sed de los argentinos...
En el 45 estaban con Braden...
Hoy se escandalizan porque Hebe es kirchnerista, y reniegan de la lucha de las Madres y las Abuelas...
Pero eso sí, con buenos modales. Y sin politizar, que eso es cosa de gente mala y sucia. No como ellos, que no dejan que una brizna de realidad los manche.

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