viernes, 9 de noviembre de 2012

PLA... PLA... PLA...





Maru no sabe que le robé este texto de su facebook, pero no importa, si lo puso es para que alguien lo lea, y como tiene 20 años y huele fresco (ella y el texto), está bueno que lo respiremos todos. Ella no milita en ningún partido político, pero milita en la vida, a cada paso, con una sensibilidad inusual en tiempos de preocupaciones por el dólar y los viajes al yopin. A ella también le robaron una noche que salía a pasear con las amigas, y trató de entender qué pasó.

¿Y? Nada, que estoy orgulloso de jóvenes como Maru, que otro país camina y no fue al obelisco a hacer ruido, está ocupado en soñar futuros imposibles...






    Es Muy facil darle a una cacerola (que en casa siempre está llena) desde un lugar de protesta. Me quejo. Critico. Son todos corruptos. Que se vayan todos. Me sigo quejando.
    Me parece justo, y valoro que la gente pueda expresarse libremente. Es algo que antes no podía hacerse, y esto no sé si todos lo ven. No sé si todos entendemos el término “dictadura” de la misma forma. Creo que algunos no. Ahora salís a la calle. Gritás. Gritás lo que querés. Estás en desacuerdo con algo, lo decís. No pasa nada. Estás en tu derecho. Nadie puede hacer nada contra eso.
    Inseguridad. Restricciones, importación y dólares. Planes sociales. Cadena nacional. Indec. La Yegua y Él. Reclamos. Esto, entre otras cosas, que parecen molestarles a algunos. Cacerolas.
    Ahora, yo me pregunto: ¿y la salud pública? ¿La educación? ¿El transporte público? ¿Las personas en situación de calle? ¿Nunca nos movemos por eso? Y no hablo de marchar con cacerolas, de protestar. Hablo de ser consecuentes con lo que estamos reclamando. Yo soy de los que creen que la inseguridad va de la mano con la NO educación. ¿Por qué no veo que se apunte a transformar eso? Apuntamos a nosotros mismos, a nuestro ombligo. En muchos casos a nuestro bolsillo. Tenemos derecho, no lo niego. Pero creo que tendríamos que tener una visión más amplia. Una visión que incluya a todos.
    Cambios. Cambios queremos todos. Pero algunos queremos cambios para todos. Hay una realidad más grande que la que vemos en Capital. Y hay una realidad más grande también dentro de la Capital que no todos parecen estar viendo.
    ¿Y las soluciones? A veces tengo la sensación de que no importan tanto las soluciones. Que salgo a la calle porque estoy en contra. Sólo porque estoy en contra, no me gusta. Soy opositor. ¿Y la construcción de algo mejor? ¿Queremos realmente construir o simplemente destruir?
    Convengamos que es fácil darle a la cacerola. Lo difícil es informarnos y votar con consciencia. ¿No sería mejor apuntar a eso? Democracia. La decisión es de todos (o casi todos, porque a muchos no les permiten elegir. Por eso tampoco nadie reclama).
    Opiniones, nada más que eso.





Daniel
Mancuso

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sublime. Leo el Blog todos los días.
Un abrazo y a no aflojar.

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