martes, 1 de febrero de 2011

¿KIRCHNERISMO LA FASE SUPERIOR DEL PERONISMO?




El fallecimiento de Néstor Kirchner precipitó primero un debate interesado acerca de la gobernabilidad inminente. Ya estamos en otra fase. Por derecha se teme a la consigna de la “profundización del modelo”. Del otro lado, lo que se discute es cómo seguir interpelando cada vez mejor a la sociedad.

Nuevas agendas, nuevos modos...




Hay algo en lo que quiero evitar caer: esta idea de que el kirchnerismo es el estado superior del peronismo. En todo caso me parece que es una relación que habrá que ir resolviendo políticamente, si es que es necesario resolver.”

La reflexión de Carlos Tomada puede ayudar a ilustrar algunas tentaciones riesgosas para el kirchnerismo que, paradójicamente, devienen de un escenario de fenomenal recuperación. El “kirchnerismo como fase superior del peronismo”, la pregunta - debate que planteamos, sólo pretende ser una provocación simpática, un estímulo para reflexionar sobre el futuro del kirchnerismo, de su gobierno y del país, pero sobre todo para crecer política, institucional y culturalmente.

¿Por qué puede resultar riesgosa la pregunta sobre la “fase superior”? Porque según cómo ─lo dice Eduardo Jozami─ puede remitir a aquella idea tentadora del Tercer Movimiento Histórico planteada en los años de mayor fortaleza política de Alfonsín, y aún antes. O yendo más atrás, a ciertos recortes del peronismo hechos en los ’70 cuando, para hacerlo más puro y “revolucionario”, terminaron siendo irrespetuosos respecto de la (muy) problemática diversidad del peronismo. O más directamente: poco democráticos.


Hay en estos días un riesgo de “agrande” del oficialismo por autodestrucción opositora, alguna tentación que la derecha calificaría de “hegemónica”, difícil de evitar en función de esa debilidad. Hay a la vez cambios de matices en el discurso presidencial a favor de una mayor apertura política, y de búsqueda de salida de escenarios en los que el oficialismo no hizo las cosas bien (Indec, inflación, aun cuando esta última tenga que ver con fenómenos sólo relativamente “ajenos” a la responsabilidad oficial).

Por el lado de lo que, simplificando mal, podría llamarse izquierda kirchnerista (pues hay en el tiempo kirchnerista espacios de representación que trascienden o superan la oxidada noción de “izquierda”), hay una voluntad evidente de dar pelea por la profundización de la democracia en todos los espacios y ampliando agenda: desde los temas que hacen a calidad institucional a las políticas de seguridad y las distributivas o fiscales, desde el tipo de modelo sindical al que se apuesta, a las prácticas políticas del conurbano o Formosa.

El desafío es el de respetar y convivir con otras expresiones, no sólo las del peronismo. Por el lado de ciertas militancias juveniles, hay una necesidad de pasar de una cierta adicción a los ’70, de la idealización de las escasas semanas que duró la experiencia camporista o la dura búsqueda de espacios de poder propio, a una política de formación de cuadros que se planteen nuevos desafíos de construcción y de futuro.

Por el lado de la interpelación social, bajar un cambio en lo que fueron batallas imperiosas de deconstrucción del discurso de la derecha comunicacional y política para aceptar y asumir determinadas críticas a valorar y afrontar como estrategias de estado consensuadas (de nuevo: inflación/Indec, seguridad, sistema judicial, mejores políticas de redistribución, minería, medio ambiente, salir con el menor dolor social posible del sistema de subsidios).

La actual situación del kirchnerismo robustecido, revalorizado y represtigiado debería ser el piso para plantear esas nuevas metas de superación. Nunca, desde que se recuperó la democracia, un gobierno fue capaz de remontar una cuesta tan embromada como la que debió atravesar este gobierno hasta fines de 2009. La respuesta habitual de los gobiernos ante las malas fue de concesión, debilitamiento y derrota. Hasta es excepcional que cualquier gobierno en el mundo comunicacional/democrático contemporáneo sea capaz de superar la presión de las corporaciones y de los climas mediáticos y culturales.

Pero tomando aquella vieja metáfora eficaz que solía usar , si hace algunos años salimos del infierno... se supone que seguimos en algo parecido al purgatorio. Hay demasiada pobreza en la Argentina todavía y demasiada violencia real y simbólica devenida de nuestros estallidos sociales y culturales.

Antes que desde un imaginario al estilo de lo menos lindo del ’73, cuando desde una combatividad encomiable se terminaba negando al otro, la nueva fortaleza del kirchnerismo, y mucho más la posibilidad verosímil de encarar en calma un tercer ciclo de gobierno (con estabilidad política, con la economía bien conducida y ayudando), debería servir para seguir pensando, interpelando, dialogando y haciendo. Para encarar políticas estratégicas con la mayor capacidad inclusiva posible, la social, pero también la devenida de mantener las orejas bien abiertas.


CONTRAEDITORIAL




1
En ESCARCEOS DE LA BATALLA CULTURAL, planteábamos que pasaron casi 28 años desde que se fue la dictadura genocida y todavía estamos cicatrizando heridas. Llevamos 28 años de democracia formal y todavía tenemos muchas deudas con nuestra gente más sufriente. Lo cierto es que la irrupción del Kirchnerismo en 2003, puso en debate los grandes temas que se hallaban enterrados por la furia neoliberal, y nos arroja a impensados planteos a futuro: profundizar lo hecho e ir por más...


2
En VOLVER AL PASADO, planteábamos que La historia no vuelve para atrás. La lluvia nunca llueve hacia arriba. Las aguas de los ríos no retroceden, van al mar de los posibles destinos que desembocan en los océanos del porvenir; los pueblos movilizados también. Nosotros no queremos el país que añoran los culpables del fracaso perenne que nos persigue hace 200 años, ni la patria estanciera de los oligarcas explotadores, ni la modernidad neoliberal e impune de .

Desde 2003, vamos para adelante, profundizando la huella, apostando a nuevos desafíos, imaginando construcciones necesarias, esperando el próximo conflicto. Con cada palo o piedra que nos tiren construiremos una escuela, con cada crítica malintencionada encontraremos una razón para seguir luchando por una patria justa, libre y soberana. A cada odio resentido le devolveremos una sonrisa compasiva para aliviarles la pena y el dolor de la derrota histórica que sufren los dinosaurios que van a desaparecer...



Daniel
Mancuso



8 comentarios:

María de los Ángeles del Hoyo dijo...

Muy bueno, Daniel

Daniel dijo...

La conclusión de tu post lo dice todo, Mancu.

Por mi parte, no siento esa diferenciación, me tira más integrar: peronismo, progresismo, kirchnerismo, humanismo.
La confluencia de ellos y todo lo que se abre con esa unidad hacia el futuro es lo que creo fundamental.

daniel mancuso dijo...

Gracias por los comentarios, compañeros

fabiana leonor dijo...

hola Daniel decís :"El desafío es el de respetar y convivir con otras expresiones, no sólo las del peronismo", acuerdo, así como "una política de formación de cuadros que se planteen nuevos desafíos de construcción y de futuro" sin embargo algo que nos está preocupando a varios militantes en general, es la dificultad que se está teniendo para armar la CNM en distintas zonas...tus palabras para seguir pensando en el como, un abrazo marajense

daniel mancuso dijo...

hay que buscarle la vuelta, saltar las dificultades y romper las pelotas, abrazo

Algún Peronista Q. dijo...

Me gustó.
Creo que plantear al Kirchnerismo como superador del Peronismo, es saltearse varios pasos.
Ya logramos la Justicia Social? la Independencia Económica? y la Soberanía Política?

EL PATRIOTA DE CORDOBA dijo...

Yo creo que e exactamente asi ...el kirchnerismo es la fase superior del peronismo ¡¡¡ y lo afirmo diariamente con todos los compañeros ...
Lo sostengo porque hubo para mi una etapa naciente del peronismo cuando vivió Evita, luego vino la decadencia en los años posteriores al 52 ...donde se fue cuarteando, avejentando ,y nacieron las deformaciones como la burocracia sindical y los matones asesinos de lopez rega e Isabel ...en medio esto del rio de sangre que la generacion ofrendó para que el peronismo sea socialismo nacional .
Luego vinieron los momentos donde el cancer del neoliberalismo se apoderó del PJ , y genero la enfermedad senil del peronismo , el menemismo.
Néstor Kirchner trajo del sur la refundacion del peronismo,regenerando los tejidos muertos dando lugar a la juventude impulsando el debate interno y ganando la calle como en el 45 ...por eso hoy estoy convencido que el kirchnerismo refundando la decada más feliz del pueblo argentino, constituye la ETAPA SUPERIOR DEL PERONISMO ...
uN ABRAZO A TODOS CON MUCHO RESPETO SIN CREER QUE TENGO LA JUSTA ...SOLO DIGO MI OPINION ..

Sujeto dijo...

Excelente escrito Daniel, creo que es esperable que tras la muerte de Néstor surjan con fuerza estas preguntas, porque necesariamente el espacio kirchnerista se está reconfigurando, y que se den estas discusiones es bueno, porque más allá de que hay mucho pendiente por gestionar, y las elecciones del 2011 están a un paso, este proceso de transformación necesita su continuidad en el tiempo, y ahí es donde esta discusión toma su real dimensión; justamente anocha estuve escribiendo un poco sobre eso.
Te mando un Abrazo

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