HUMANIZANDO LA ESQUINA

El flaco hizo cosas maravillosas, qué duda cabe. Su paso audaz por la historia nuestra limpió el aire raro que nos traía la vieja herencia del PJ. Y así, paulatinamente, se fue humanizando la política y desarmando ciertas prácticas pedorras. Todavía falta, pero es auspicioso que el amor pulule en los actos y pensamientos militantes.

El sábado a la tarde, en La Boca, no hubo banderas que coparan el acto. Ni micros para mostrar presencia de la tropa, todos con la remera correspondiente. No había nada que comparar, ni pujas para copar adelante, ni rosca que prefigurar. Faltaron los empujones, y los figurones. Gracia a dio (o gracias Néstor, es lo mismo porque están juntos).

Había, sí, militancia y compromiso, la política humanizada que hace un tiempo viene alumbrando los gestos, las acciones y los dichos de los compañeros.
El sol que no quiso perderse la fiesta, se quedó en la esquina escuchando recuerdos y promesas. Fuimos felices por un rato, imaginando futuros posibles y nuevas batallas por pelear. Va a estar buena la Argentina.
¡Dos mil once, agarrate!

Daniel Mancuso