MEMORIA Y UTOPÍAS

No quieren que toquemos el Pasado. Ni hablar, ni revisar. Que se quede quieto, así, como un cuadro inmóvil en una pared gastada de museo estéril. Un país para el que quiere a Videla y el que no lo quiere...

El pasado ahí, que lo miren, y nada más. El pasado domesticado de los 2 demonios que clausura las preguntas indiscretas. El pasado pasó, dicen, pero hacen trampa. Quieren ir para adelante con fórmulas viejas. ¿En qué quedamos? Si el ajuste fiscal, las privatizaciones, la represión, la intolerancia, la injusticia social son el pasado... ¿Por qué insisten con las falacias y los atajos que conducen al basural?

No quieren perder, no les gusta repartir, odian los reclamos. Primero sus beneficios, sus conquistas, sus lujos. Las iniquidades viene de lejos. ¿Por qué cambiar?

Hay un pasado que vuelve porque está presente. Nunca se fue. Algún desmemoriado, alguna confundida cabecita loca pensará que los 70 ya fueron. Pero no se olvida lo que se conmemora todos los días: la lucha, la militancia, el compromiso, los sueños, las utopías...

No se olvida lo que no está cerrado y mana injusticia fresca como la sangre que no seca hasta que no reparemos la historia, develemos crímenes y pecados, a fuerza de convicción y prepotencia popular.

Cada vez que recordamos a un compañero muerto o desaparecido no lo hacemos sólo para pedir justicia, hacemos justicia al recordarlos, y recordar los motivos que engendraron tanto odio y tanta muerte sobre nuestra gente. Tenemos 30.000 razones para seguir viviendo, fatigando el presente, esperanzados y sonrientes. Eso les da miedo ...

La Memoria, la que construye, la que empuja el porvenir. La utopías que algunos quisieron y aún quieren desaparecer... Resisten, respiran, engendran futuro.

Daniel Mancuso