lunes, 26 de julio de 2010

RECORDANDO A EVITA






... No puede haber amor donde hay explotadores y explotados. No puede haber amor donde hay oligarquías dominantes llenas de privilegios y pueblos desposeídos y miserables. Porque nunca los explotadores pudieron ser ni sentirse hermanos de sus explotados y ninguna oligarquía pudo darse con ningún pueblo el abrazo sincero de la fraternidad.

El día del amor y de la paz llegará cuando la justicia barra de la faz de la tierra a la raza de los explotadores y de los privilegiados, y se cumplan inexorablemente las realidades del antiguo mensaje de Belén renovado en los ideales del Justicialismo Peronista:

Que haya una sola clase de hombres, los que trabajan;
Que sean todos para uno y uno para todos;
Que no exista ningún otro privilegio que el de los niños;
Que nadie se sienta más de lo que es ni menos de los que puede ser;
Que los gobiernos de las naciones hagan lo que los pueblos quieran;
Que cada día los hombres sean menos pobres y
Que todos seamos artífices del destino común.


  • Evita, o María Eva Duarte de Perón, nació el 7 de Mayo de 1919 en Los Toldos, provincia de Buenos Aires. Era hija ilegítima de una cocinera y se vino a la gran ciudad. Conoció al coronel Perón cuando era adolescente, siendo cantante y actriz radiofónica. Cuando en 1945 Perón fue detenido, ella movilizó a los sindicatos para que los militares lo liberaran. Participó -ese año y el siguiente- en la campaña presidencial de su marido. Cuando un año más tarde accedió a la presidencia, ella se convirtió en una indiscutible líder a su lado.

  • Nunca tuvo un puesto oficial en el gobierno, pero Evita actuó de hecho como Ministro de Salud y Trabajo. Eliminó los subsidios a la Sociedad de Beneficencia, ganándose gran cantidad de enemigos en la élite tradicional y la burguesía, y creó la Fundación Eva Perón, que contó con recursos para establecer cientos de hospitales, escuelas, orfanatos, casas para personas de edad y otras instituciones de acción social.

  • Evita fue la gran responsable del voto femenino. En 1951, a pesar de padecer de cáncer, fue nominada para la vicepresidencia, pero el ejército la forzó a renunciar a tal candidatura. Aunque su vida fue corta, impulsó toda una serie de transformaciones sociales. Cuando Evita falleció a los 33 años, en la radio se anunció: "¡Nuestra líder espiritual ha muerto!". Amada por los "descamisados", quizás superó en popularidad a su marido, el presidente Juan Domingo Perón. Murió en la ciudad de Buenos Aires el 26 de julio de 1952.



  • "MI MENSAJE" es un texto breve de 30 capítulos (entre otros, Los enemigos del pueblo, El hambre y los intereses, Las jerarquías eclesiales, Los ambiciosos) donde critica a las cúpulas de la Iglesia y de las Fuerzas Armadas, blancos directos de un aluvión de palabras que arden como fuego, en contraste con la debilidad sin pausa a que la sometía un implacable cáncer de útero. La virulencia de "su" mensaje signó el destino de estas páginas: una historia de proscripción y olvido que Evita no imaginó en 1951.

"Quiero rebelar a los pueblos. Quiero incendiarlos con el fuego de mi corazón. Quiero decirles la verdad que una humilde mujer del pueblo ¡la primera mujer del pueblo que no se dejó deslumbrar por el poder ni por la gloria! aprendió en el mundo de los que mandan y gobiernan a los pueblos de la humanidad. " (Mi Mensaje, capítulo 1).

"Yo no comprendo entonces por qué, en nombre de la religión y en nombre de Dios, puede predicarse la resignación frente a la injusticia. Ni por qué no puede en cambio reclamarse, en nombre de Dios y en nombre de la religión, esos supremos derechos de todos a la justicia y a la libertad. La religión no ha de ser jamás instrumento de opresión para los pueblos. Tiene que ser bandera de rebeldía." (Mi Mensaje, capítulo 21).

"Solamente los fanáticos —que son idealistas y son sectarios— no se entregan. Los fríos, los indiferentes, no deben servir al pueblo. No pueden servirlo aunque quieran. Para servir al pueblo hay que estar dispuestos a todo, incluso a morir." (Mi Mensaje, capítulo 6).

  • Estas últimas palabras estaban basadas en el amor que Evita sentía por los desheredados a quienes consideraba que aún no se les había hecho justicia. El texto es una especie de desahogo, de decir las cosas que no pudo hacer pero que de seguir viviendo estaba dispuesta a realizar.

"Los ambiciosos son fríos como culebras pero saben disimular demasiado bien. Son enemigos del pueblo porque ellos no servirán jamás sino a sus intereses personales. Yo los he perseguido en el movimiento peronista y los seguiré persiguiendo implacablemente en defensa del pueblo. Son los caudillos (...) Hay que identificarlos y hay que destruirlos." (Mi Mensaje, capítulo 24).

  • La primera vez que se hizo público el libro póstumo fue durante la celebración del Día de la Lealtad, el 17 de octubre de 1952, a tres meses de su muerte. La Plaza de Mayo estaba desbordada de pueblo cuando José Espejo, secretario general de la CGT, pronunció su discurso. A continuación, desde el balcón enlutado, un locutor leyó completo "Mi voluntad suprema", el capítulo 29 de Mi Mensaje, considerado el testamento de Eva Perón.

"Deseo que todos mis bienes, que considero en gran parte patrimonio del pueblo y del movimiento peronista, que es del pueblo, que todo lo que dé La Razón de mi vida y Mi Mensaje, sea considerado como propiedad absoluta de Perón y del pueblo argentino."

"Me rebelo indignada con todo el veneno de mi odio, o con todo el incendio de mi amor —no lo sé todavía—, en contra del privilegio que constituyen todavía los altos círculos de las fuerzas armadas y clericales (...) Es necesario que los pueblos destruyan los altos círculos de sus fuerzas militares gobernando a las naciones. ¿Cómo? Abriendo al pueblo sus cuadros dirigentes. Los ejércitos deben ser del pueblo y servirlo." (Mi Mensaje, capítulo 14).

  • Pasaron 35 años y nada se supo de su destino. Investigadores como Marysa Navarro y Fermín Chávez, lo creyeron desaparecido. En tanto —recuerda Alberto Schprejer, su editor— la existencia de este libro polémico era un rumor extendido en la década del 70, que recorría todas las corrientes internas del peronismo: había un texto provocativo que Evita dictó antes de su muerte y que permanecía oculto.

  • El 20 de setiembre de 1987 la leyenda dio un vuelco. En los avisos clasificados del diario La Nación se anunció el remate de Mi Mensaje, de Eva Perón, como un original de 79 hojas con membrete, iniciales al finalizar el texto de cada una, correcciones manuscritas a tinta y lápiz. Inédito. Días antes la firma de remates Posadas S.A. convocó a Fermín Chávez para confirmar la autenticidad del ejemplar. El historiador no tiene dudas sobre la autoría de Eva Perón. Su trabajo le dio la oportunidad de rastrear la peripecia del libro.

"¿Los procedimientos? Hay mil procedimientos eficaces para vencer: con armas o sin armas, de frente o por la espalda, a la luz del día o a la sombra de la noche, con un gesto de rabia o con una sonrisa, llorando o cantando, por los medios legales o por los medios ilícitos que los mismos imperialismos utilizan en contra de los pueblos." (Mi Mensaje, capítulo 11).

"Cuando todos sean trabajadores, cuando todos vivan del propio trabajo y no del trabajo ajeno, seremos todos más buenos, más hermanos, y la oligarquía será un recuerdo amargo y doloroso para la humanidad. Pero mientras tanto, lo fundamental es que los hombres del pueblo, los de la clase que trabaja, no se entreguen a la raza oligarca de los explotadores. Todo explotador es enemigo del pueblo ¡La justicia exige que sea derrotado!." (Mi Mensaje, palabras finales).

EVITA

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Daniel Mancuso

1 comentario:

GUILLERMO DONARI dijo...

Excelentes los textos que ofrecés en este post Daniel. Un abrazo

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