jueves, 1 de abril de 2010

PASCUA Y PEDOFILIA



Los curas están en problemas. Las denuncias por violaciones a menores en manos de pervertidos con sotanas son miles, en todo el mundo.

En el inicio de Semana Santa, el Papa evitó hablar del escándalo de los abusos. Al contrario de lo que se esperaba, el Papa Benedicto XVI, evitó referirse durante las homilías del Jueves Santo, a los escándalos que sacuden a la Iglesia Católica por los numerosos casos de pedofilia en varios países europeos, así como en Estados Unidos.

El virrey papal argento, el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, siguió la misma línea que el jefe, parece que desconoce la realidad pederasta de su iglesia, y advirtió engolado:

"Nuestro pueblo fiel está cansado de un mundo que agrede, que enfrenta a hermanos contra hermanos, que destruye y calumnia. Nuestro pueblo no quiere sacerdotes crispados", aseveró.

Al presidir la misa crismal en la catedral metropolitana, el primado argentino aseguró que la crispación "viene de pretender controlar el propio poder. Precisamente lo contrario del saberse conducido, propio del buen pastor"... "nuestro pueblo fiel pide a los sacerdotes y obispos paciencia y mansedumbre"...

También hizo una elíptica referencia a los casos de abusos sexuales que sacuden a la Iglesia, al sostener que la feligresía "necesita de Dios, de manera especial en estos tiempos de tanto asedio a la fe".

El arzobispo sostuvo que los sacerdotes están "llamados duros como la piedra por fuera, para edificar y sostener, para proteger al rebaño y cobijarlo, pero no duros ni crispados por dentro. Por dentro el sacerdote tiene que ser como el aceite en el frasco, como el fuego en la antorcha, como el viento en las velas, como la miga del pan"...

Bergoglio renovó las promesas sacerdotales ante cientos de sacerdotes y los obispos auxiliares que colmaron la catedral metropolitana.

"Somos pobres sacerdotes en el Gran Sacerdote, pequeños pastorcitos en el Gran Pastor, la gracia que pasa a través de nuestros labios y de nuestras manos es infinitamente mayor de lo que podemos imaginar y el aceite de la unción es lo que nos hace buenos conductores. Conductores conducidos".

Estoy preocupado. Esa frase podría contener un mensaje diabólico: LABIOS, MANOS, ACEITE...
Danger! Danger! Al final, el mal ejemplo del cura Grassi es una gota en el océano de la concupiscencia sacerdotal.

Sin embargo, el ángelus del Papa, el domingo 21 de marzo, parece hacer caso omiso a las acusaciones, cerró los ojos, los oídos, el corazón y dijo sobreactuando:

Intransigentes con el pecado, indulgentes con las personas...


Los corderos del mundo libre gritamos a coro: ¡Vade retro satana!




Daniel Mancuso

2 comentarios:

Sergio dijo...

Buen post compañero. Usted bien lo dijo:

"... cientos de sacerdotes y los obispos auxiliares que colmaron la catedral metropolitana..."

La Institución de la Iglesia Católica cada vez está más alejada de al Sociedad, y ello se debe a la distancia quu sus dirigentes intentan poner a drede.

Bergoglio dice que el aceite de la unción los hace buenos conductores.
Dos opciones: O el proveedor de la unción los está estafando...O ser un conductor no depende del aceite santo...

Seguramente Mujica no creía tanto en el aceite, sino en sus deseos como ser humanao de revertir las injusticias que respiraba día tras día...

Seguramente Begoglio lo hubiera calificado como "un Sacerdore Crispado".

Lo invito a pasar y Saludos!!

Anónimo dijo...

Desde qué autoridad moral habla este señor, en nombre de quién, fueron complices de los asesinatos y secuestros de la dictadura, están lleos de violadores, no defendieron a los Angelelli o Mugica, son unas ratas,
Celina.

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