jueves, 14 de enero de 2010

ALGO PERSONAL



Cuando se moría la dictadura, mi hermano y yo estábamos trabajando en el club de nuestro barrio, Talleres, en la comisión de Cultura. Era díficil tratar de romper la inercia de un club de futbol, donde lo único que importaba era lo que pasaba en la tabla de posiciones. Las actividades deportivas tradicionales estaban muy por debajo de la prioridad principal: el campeonato de la B. Después, venían la pileta (la estrella), el buffet (imprescindible), los socios vitalicios (los intocables). Allá atrás de todo, en el fondo... las actividades culturales, una obra obra de teatro, toda esa pavada.

De todas formas, no íbamos a aflojar, se venía la democracia y eso no era poca cosa. Se nos ocurrió repartir unas revistitas gratuítas con el fixture, un poco de información del equipo y algunos textos de Galeano o Benedetti. En los entretiempos de los partidos de primera, cuando Talleres jugaba de local, empezamos a poner música, hacíamos la locución en el estadio y le poníamos onda de radio abierta a esos largos 15 minutos, hasta que empezaba el segundo tiempo.

Un sábado pusimos a la negra Sosa, otro sábado al Cuarteto Zupay. Los parlantes del estadio perfumaban el aire con un poco de libertad. Las melodias se mezclaban con el humo de los choris y alegraban la tarde. La cosa parecía funcionar, a través de la música íbamos perdiendo el miedo y tratábamos de compartir un poco de poesía con la tribuna. Una tarde, de no me acuerdo qué partido, sonó "Algo Personal" de Serrat. Al terminar el partido, nos interpela Gerardo Lanata, el presidente del club, a la sazón juez en Lomas de Zamora. Su enojo se debía al reproche del comisario de Remedios de Escalada, quien se sintió ofendido debido a nuestro mal gusto al poner la canción del catalán. Lanata sabía que no éramos ingenuos y que las canciones no eran casuales. Nos pidió la renuncia y nos tuvimos que ir de la comisión de Cultura. Supusimos que nuestros compañeros se iban a solidarizar con nosotros e iban a renunciar en masa: Nada. El no te metás ganó otra vez. También, ganó el Comisario.






Probablemente en su pueblo se les recordará
como cachorros de buenas personas,
que hurtaban flores para regalar a su mamá
y daban de comer a las palomas.

Probablemente que todo eso debe ser verdad,
aunque es más turbio cómo y de qué manera
llegaron esos individuos a ser lo que son
ni a quién sirven cuando alzan las banderas.

Hombres de paja que usan la colonia y el honor
para ocultar oscuras intenciones:
tienen doble vida, son sicarios del mal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.

Rodeados de protocolo, comitiva y seguridad,
viajan de incógnito en autos blindados
a sembrar calumnias, a mentir con naturalidad,
a colgar en las escuelas su retrato.

Se gastan más de lo que tienen en coleccionar
espías, listas negras y arsenales;
resulta bochornoso verles fanfarronear
a ver quién es el que la tiene más grande.

Se arman hasta los dientes en el nombre de la paz,
juegan con cosas que no tienen repuesto
y la culpa es del otro si algo les sale mal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.

Y como quien en la cosa, nada tiene que perder.
Pulsan la alarma y rompen las promesas
y en nombre de quien no tienen el gusto de conocer
nos ponen la pistola en la cabeza.

Se agarran de los pelos, pero para no ensuciar
van a cagar a casa de otra gente
y experimentan nuevos métodos de masacrar,
sofisticados y a la vez convincentes.

No conocen ni a su padre cuando pierden el control,
ni recuerdan que en el mundo hay niños.
Nos niegan a todos el pan y la sal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.

Pero, eso sí, los sicarios no pierden ocasión
de declarar públicamente su empeño
en propiciar un diálogo de franca distensión
que les permita hallar un marco previo
que garantice unas premisas mínimas
que faciliten crear los resortes
que impulsen un punto de partida sólido y capaz
de este a oeste y de sur a norte,
donde establecer las bases de un tratado de amistad
que contribuya a poner los cimientos
de una plataforma donde edificar
un hermoso futuro de amor y paz.







Daniel Mancuso


6 comentarios:

chachot dijo...

Es facil hacerse el heroe cuando no hay responsabilidades y las consecuencias las pagan otros, ademas no estas diciendo las cosas como son.
El Doctor Lanata, que nunca fue Juez sino que llego a secretario de un juzgado luego de una larga carrera judicial que inicio como meritorio sin remuneracion a la edad de 17 años, ha tenido a lo largo de su vida un inconfundible alineamiento con los derechos humanos y la recuperacion democratica, decir lo contrario o siquiera insinuarlo es una canallada.Cuando asumio como presidente, el Club Talleres estaba al borde de su desaparicion y mucho trabajo con otros miembros de la comunidad para sacarlo "del infierno" cuando te dijo ( y yo estaba presente) que no pusieras te lo explico: que èl no privaria a nadie decir lo que creia en el club pero que no era correcto poner en riesgo de una represaria al Club porque el que esa era la Voz oficial del Club,claro que esto no lo decis porque te privaria de la heroisidad que te queres ganar y ojo que estoy en la misma postura politica que vos decis estar.

daniel mancuso dijo...

Che chachot no saltés que no hay charquito, ni te ampares en el anonimato, nadie se hace el heroe sino cuenta sus vivencias, poné nombre y apellido si estabas, a ver quién sos chachot valiente defensor de abogados...

michel angelo dijo...

así que el doctor Lanata ponía en riesgo su vida por una canción de serrat, ¡mamita! ¡qué valiente el doctor, carajo!

Anónimo dijo...

jajaja... estos tipos que mandan comentarios anónimos, no tienen los huevos para tener un perfil abierto y hacerse cargo de lo que dicen, pobre infeliz chachot.
( y yo NO estaba presente)

Pepe, un jubilado gracias a este gobierno.

chachot dijo...

los que no saben que no defiendan al "valiente" Mancuso, el doctor Lanata no ponia en riesgo su vida poniendo una cancion de Serrat, el club trajo a actuar a el Cuarteto Supay, Victor Heredia y Cesar Isella,Horacio Guarany y otros prohibidos, solo que en esa estaba tratando que el hijo de puta del comisario, en el proximo partido en represalia no hiciera pagar el triple de vigilantes, por la valentia del "Heroe Mancuso"
Pero basta Mancuso, tal vez no quisiste ofender a Lanata que es un muy buen tipo, mi esfuerzo esta en pelearme con los que vos decis que te pelias, porque como estamos viendo viene por todo.

OMAR MENDOZA (elmacondoexpress@yahoo.com.ar) dijo...

Mancuso: A fines de los ´80 la cosa era dificil, no por los milicos solamente sino tambien por el cascaron que tenia la sociedad, aunque algunos todavia no se lo pueden sacar, estas cosas pasaban en todos los ambitos, pero se notaba en las canchas de futbol deonde habia mas consentracion popular. Recuerdo esos sabados que te mataban a palazos o te corrian a gases por cantar la marcha, algo que lo haciamos siempre como una religion. Eran tiempos que se resistia de cualquier forma o manera, la que ustedes hacian era una de ellas. Saludo Funebrero OMAR. Si tenes tiempo pasa por mi blog.

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